La mayoría de los especialistas lo considera un 'atropello' a la lengua castellana
LVL / Ep
martes, 19 de octubre de 2010, 12:20
Madrid.- Varios miembros de la Real Academia Española consideran que "la lengua no es cuestión de acuerdos políticos", en referencia al pacto entre PSOE y PNV para sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado. Uno de los puntos del acuerdo contempla el cambio de la denominación oficial de las provincias vascas al euskera, es decir, se pasarán a llamar Bizkaia, Gipuzkoa y Araba, aunque esta última conservará el nombre bilingüe.
El académico y catedrático de Lengua Española Gregorio Salvador ha manifestado que "hacer oficial una ortografía distinta -fundamentalmente es lo único que cambia y sólo ligeramente la acentuación- es una cosa absurda y molesta para el ciudadano común".
A su juicio, "esta es una de tantas estupideces que se han hecho en el terreno lingüístico, pero lo más lamentable es que sea un asunto que trate un presidente del Gobierno español". Salvador considera que no puede resolverse un "asunto personal de persistencia" concediendo a cambio cosas de más importancia. "Es una vergüenza que se haga eso y seguir gobernando en España", ha dicho.
Por su parte, el también académico y catedrático de la Lengua Española de la Universidad Complutense de Madrid Ignacio Bosque, ha indicado que el cambio del nombre oficial "no va a afectar al uso normal de la lengua". Además, señala que "hay antecedentes" en Cataluña y Galicia, por lo que el hecho de que se haya tomado esta decisión ahora "es lo esperable".
Bosque señala que los ciudadanos siguen diciendo que van "a Gerona" cuando hablan en castellano y se refieren a "Girona" cuando hablan en catalán, por lo que cree que en el País Vasco "sucederá lo mismo". Sin embargo, apunta que "nunca" lo ha entendido, porque "lo lógico es que Lleida sea el nombre en catalán y Lérida en castellano, igual que London y Londres".
El historiador y Premio Nacional de Historia 2008, Fernando García de Cortázar, ha indicado que a los políticos no se les ha confiado "ni el cambio de la ortografía española ni la introducción en nuestra fonética de sonidos privativos de las lenguas regionales".
"Llevamos tiempo teniendo que aguantar tamaños desafueros cuando a los topónimos gallegos y catalanes solo se les ha adjudicado oficialmente la versión en lengua autóctona y no se ha ofrecido la forma castellana, mucho más extendida entre la población", ha dicho.
En este sentido, García de Cortázar señala que "está siendo vapuleado nuestro idioma común", por lo que pide a la Real Academia Española que "ataje con su autoridad tales atrocidades".
Según su opinión, este acuerdo, "por el que se permite cambiar el nombre de las cosas y el de las provincias vascas", tiene "gravísimas consecuencias" en la percepción negativa que los ciudadanos tienen de la política y en la quiebra de la confianza de ellos respecto de sus gobernantes", lo que puede manifestarse en un "preocupante incremento de la abstención electoral".
"Venimos sufriendo desde la transición democrática las imposiciones de los nacionalistas conseguidas en medio de una ciudadanía a veces pusilánime a veces desorientada, y ahora vemos cómo una izquierda que ha perdido su identidad la busca en el ámbito del etnicismo y las ensoñaciones de los secesionistas", indica.
El académico y catedrático de Lengua Española Gregorio Salvador ha manifestado que "hacer oficial una ortografía distinta -fundamentalmente es lo único que cambia y sólo ligeramente la acentuación- es una cosa absurda y molesta para el ciudadano común".
A su juicio, "esta es una de tantas estupideces que se han hecho en el terreno lingüístico, pero lo más lamentable es que sea un asunto que trate un presidente del Gobierno español". Salvador considera que no puede resolverse un "asunto personal de persistencia" concediendo a cambio cosas de más importancia. "Es una vergüenza que se haga eso y seguir gobernando en España", ha dicho.
Por su parte, el también académico y catedrático de la Lengua Española de la Universidad Complutense de Madrid Ignacio Bosque, ha indicado que el cambio del nombre oficial "no va a afectar al uso normal de la lengua". Además, señala que "hay antecedentes" en Cataluña y Galicia, por lo que el hecho de que se haya tomado esta decisión ahora "es lo esperable".
Bosque señala que los ciudadanos siguen diciendo que van "a Gerona" cuando hablan en castellano y se refieren a "Girona" cuando hablan en catalán, por lo que cree que en el País Vasco "sucederá lo mismo". Sin embargo, apunta que "nunca" lo ha entendido, porque "lo lógico es que Lleida sea el nombre en catalán y Lérida en castellano, igual que London y Londres".
El historiador y Premio Nacional de Historia 2008, Fernando García de Cortázar, ha indicado que a los políticos no se les ha confiado "ni el cambio de la ortografía española ni la introducción en nuestra fonética de sonidos privativos de las lenguas regionales".
"Llevamos tiempo teniendo que aguantar tamaños desafueros cuando a los topónimos gallegos y catalanes solo se les ha adjudicado oficialmente la versión en lengua autóctona y no se ha ofrecido la forma castellana, mucho más extendida entre la población", ha dicho.
En este sentido, García de Cortázar señala que "está siendo vapuleado nuestro idioma común", por lo que pide a la Real Academia Española que "ataje con su autoridad tales atrocidades".
Según su opinión, este acuerdo, "por el que se permite cambiar el nombre de las cosas y el de las provincias vascas", tiene "gravísimas consecuencias" en la percepción negativa que los ciudadanos tienen de la política y en la quiebra de la confianza de ellos respecto de sus gobernantes", lo que puede manifestarse en un "preocupante incremento de la abstención electoral".
"Venimos sufriendo desde la transición democrática las imposiciones de los nacionalistas conseguidas en medio de una ciudadanía a veces pusilánime a veces desorientada, y ahora vemos cómo una izquierda que ha perdido su identidad la busca en el ámbito del etnicismo y las ensoñaciones de los secesionistas", indica.
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