miércoles, 6 de octubre de 2010

Antich en Baleares como Zapatero en España: el milagro balear del PSOE

 ¿Crisis? ¿Quien dijo crisis?
MARÍA J. GARCÍA / Palma
Sólo una cara de la moneda. La buena. La de los datos positivos. Francesc Antich presentó ayer en el Parlament una realidad económica seleccionada en la que se obvió, por ejemplo, que las Islas acumulan una deuda de 4.528 millones de euros, lo que supone el 17,2% de su PIB, un aspecto que preocupa y mucho, al Banco de España. Fue uno de los datos que se quedó fuera de la última arenga de Antich en el Parlament: su cuarto y último de esta legislatura, Debate de Política General de la Comunidad.
Entre menciones más bien testimoniales a las áreas de la industria, la educación y la sanidad -y también entre las pitadas de los trabajadores de IB3 en huelga, que se oían desde el interior del Parlament-, el president defendió que Baleares ya está en un contexto de recuperación y lanzó tres propuestas de marcado carácter electoral para fomentar la contratación de jóvenes. Más allá de lo laboral, las nuevas iniciativas brillaron por su ausencia, frente a un repaso detallado de inversiones y medidas ya desarrolladas en los últimos tres años y medio. El discurso arrancó con un pronóstico positivo para 2011: un 0,6%. Ni rastro de 2010, un ejercicio para el que el conseller Manera señala una previsión de entre el 0,3% y el 0,5%. Páginas 4 a 9

Y la opinión de Antonio Alemany
AL GRANO
ANTONIO ALEMANY DEZCALLAR

El Dr. Pangloss en el Parlament

NO SÉ si Antich piensa que los ciudadanos somos tontos, que él es muy listo o que, sin saberlo, está ejerciendo de Doctor Pangloss, sólo que sin la facundia del personaje volteriano que pensaba que estaba en el mejor de los mundos. Su intervención de ayer en el Parlament fue, sencillamente, desoladora por cuanto estaba exactamente en la misma línea del «negacionismo» de la crisis que nos hizo perder más de dos años para ponernos manos a la obra. Es decir, más de lo mismo: si hace tres años sostenía que aquí no pasaba nada, ahora se nos insiste que, aunque nos esté pasando, todo apunta a que, ¡el año que viene!, renaceremos, como el Ave Fénix, de nuestras propias cenizas. Antich no es que sea, sólo, corto de gambales y un Demóstenes frustrado, sino que es un solemne irresponsable.
Antich tiene un serio problema de credibilidad: en los anteriores cuatro años que gobernó, dejó unas Islas prósperas y optimistas al borde de la depresión con reiterados crecimientos negativos y con nuestra principal fuente de riqueza -el turismo- en regresión acelerada gracias a las tarascadas propinadas por el Pacto de Progreso. Ahora se está repitiendo la historia: los mismos y con el mismo presidente al frente han protagonizado la misma ordalía y la misma ignominia: recibir unas Baleares prósperas y legar a los futuros gobernantes unas Baleares en estado de shock depresivo. Los únicos logros que citó -el Hospital de Son Espases, el Palacio de Congresos, el gasoducto y el cable eléctrico- no son suyos, sino de sus antecesores. El resto, gasto público desbocado, endeudamiento que ha batidos todos los récords, obsesión carísima por el catalán y parados que pueden llegar a 150.000 al final de año, a juicio de CCOO. El PSIB -y hablo en serio- tiene una obligación política y moral: mandar a galeras a este gran incompetente acreditado que es Antich y buscarle un sustituto como candidato de la izquierda. No fuera que, por un casual, ganaran otra vez y nos condenaran de nuevo a esta gran superchería que ha sido el actual gobierno autonómico.
Por otro lado, no entiendo al actual President: se empeñó en hacer un discurso exclusivamente «económico», obviando lo que hubiera sido muy interesante en un debate que pomposamente se denomina «de orientación política del Govern». Las vaguedades y lugares comunes sobre el cansino «cambio de modelo» o la reiterada creencia de que, reuniéndose con empresarios y trabajadores, hemos solucionado todos los problemas y ya tenemos la Seo llena de huevos o la ridícula pretensión, que ningún socialista medianamente inteligente se atreve a formular, de que las inversiones públicas están tirando de la economía y que esto permitirá el luminoso amanecer del 2011, nos revela a un socialista que era marxista cuando nadie ya lo era y que, ahora, se proclama keynesiano cuando nadie lo es. Quod natura nos dat, Salmanca non prestat: Antich está condenado a situarse fuera de la historia, está siempre donde no debe.
Si el debate era de «orientación política del Govern», lo lógico hubiera sido focalizar, al menos una parte del discurso, esta cuestión. Y es que, además del drama económico y social, hay un drama político de tomo y lomo. Por ejemplo, un gobierno que es un gobierno ilegítimo y «okupa» gracias a los votos mercadeados por su socio UM. Por ejemplo, un Gobierno «cien mil leches» de imposible conjunción y coordinación. Por ejemplo, un Govern que ha amparado, conocido y tolerado, la mayor, en cantidad y calidad, corrupción de esta autonomía. Por ejemplo: un Govern que bate todos los récords de irregularidades previsiblemente corruptas en los Informes de la Sindicatura de Cuentas. Por ejemplo, un Govern que debe explicar sus relaciones con la Fiscalía Anticorrupción y las escandalosas actuaciones selectivas de los fiscales locales, la patada en el trasero de Burillo, los extraños encovachamientos del Fiscal Jefe Anticorrupcción y los carraus y horrachs. Por ejemplo, un Govern al que ningunea, como nunca había ocurrido, el gobierno de la Nación. Etcétera, etcétera.
Y no sé qué van a debatir estos próximos días en el Salón de las Cariátides. Es pura pérdida de tiempo: a estas alturas de la película la ciudadanía tiene una percepción muy clara de por dónde van las cosas, resultando un cruel e irritante sarcasmo esta panglossiana visión de un mundo futuro de color de rosa. Lo ideal sería cerrar con rapidez el trámite de las réplicas y contrarréplicas, encima con la pesadez de este fraude parlamentario que consiste en que una turbamulta de portavoces que forman parte del Govern chupan tribuna parlamentaria y cámara televisiva como si fueran extraños y ajenos al Govern del que forman parte.
Lo que procede es dedicarse a preparar las futuras elecciones que -esperemos- alumbren una opción política que nos saque de la crisis. Y lo que procede -lo reitero- es que el PSOE jubile a los que, ya en dos ocasiones, han fracasado estrepitosamente con un grave coste para estas Islas y sus ciudadanos. El PSOE precisa urgentemente de unas primarias que depuren una realidad socialista absolutamente corrupta. En el PP ya han celebrado su catarsis interna. Ahora falta que la segunda fuerza política de estas islas se embarque en un proceso catártico tras su contaminación y responsabilidad en la suprema corrupción en una democracia y en un estado de derecho: ocupar el poder de forma ilegítima gracias a unos votos comprados. Lo que diga, aquí y ahora, Antich no interesa a nadie, salvo, tal vez, a Diéguez, que debe estar de coña en sus comparecencias de la Cope entonando encomios y ditirambos al algaidí, que no es un torero sino, nada menos, el presidente de esta autonomía.
(El Mundo)

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