Sánchez-Camacho exige a Montilla que cese al vicepresidente catalán
El vicepresidente de la Generalitat, Josep Lluís Carod-Rovira, ha dado sobradas muestras de no confiar en la ley de partidos como mecanismo para combatir a la banda terrorista ETA y a su entorno. Carod, que llegó a reunirse con los etarras a comienzos de 2004 cuando era «conseller en cap», volvió ayer a abogar por el diálogo con los terroristas.
En una entrevista a Europa Press, el vicepresidente de la Generalitat reclamó al Gobierno que inicie un proceso de conversaciones con ETA para lograr la paz definitiva y que, al mismo tiempo, legalice a Batasuna.
«Retrasar la legalización de una opción política independentista, se llame como se llame, es retrasar la solución», afirmó. Y añadió que «es evidente que si lo que se quiere es que la reivindicación nacional vasca se exprese sólo políticamente, debe tener instrumentos políticos, que en una democracia son los partidos».
Según Carod-Rovira, que Batasuna y las múltiples siglas con las que ha concurrido sean ilegales «no tiene sentido». «¿Cómo es posible que la gente no pueda ejercer su derecho a voto y que vayan cerrando un partido tras otro?», se preguntó.
El vicepresidente catalán consideró que la izquierda abertzale se halla en un momento crucial porque «está arrastrando a la organización (ETA) a su propia dinámica», la de rechazar la violencia y optar por las vías políticas. Según Carod, son más importantes los pasos que ha dado la antigua Batasuna de optar únicamente por las vías políticas, que el alto al fuego anunciado por ETA.
Prueba de ello, dijo, son los contactos para que haya una única candidatura de izquierdas y soberanista en las próximas municipales, que integre a la antigua Batasuna, Eusko Alkartasuna (EA), Aralar y sectores de Ezker Batua-Berdeak (EBB). Una candidatura conjunta que, según Carod, puede convertirse en la «segunda fuerza del País Vasco», si los herederos de Batasuna actúan con «inteligencia» y renuncian totalmente a la violencia.
Ante estas manifestaciones, la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, instó al presidente de la Generalitat a cesar a Carod por pedir «la legitimación de una organización que forma parte del entramado terrorista».
Recado para Esquerra
Josep Lluís Carod-Rovira cree que el rumbo de ERC está algo desorientado porque considera que la dirección de los republicanos puede llevar al partido hacia la marginalidad. «El principal problema de ERC es decidir qué quiere ser», dijo, en alusión a si quiere ser un partido que lidere la izquierda, aglutine mayorías y aspire a gobernar, o dirigirse a una minoría del electorado. Carod reivindicó su etapa como líder porque ERC creció más allá de sus siglas y se mostró escéptico respecto a los resultades electorales de Esquerra ahora, ya que llegó a pedir «una reflexión» en caso de que se produzca una caída en votos.
«Retrasar la legalización de una opción política independentista, se llame como se llame, es retrasar la solución», afirmó. Y añadió que «es evidente que si lo que se quiere es que la reivindicación nacional vasca se exprese sólo políticamente, debe tener instrumentos políticos, que en una democracia son los partidos».
Según Carod-Rovira, que Batasuna y las múltiples siglas con las que ha concurrido sean ilegales «no tiene sentido». «¿Cómo es posible que la gente no pueda ejercer su derecho a voto y que vayan cerrando un partido tras otro?», se preguntó.
El vicepresidente catalán consideró que la izquierda abertzale se halla en un momento crucial porque «está arrastrando a la organización (ETA) a su propia dinámica», la de rechazar la violencia y optar por las vías políticas. Según Carod, son más importantes los pasos que ha dado la antigua Batasuna de optar únicamente por las vías políticas, que el alto al fuego anunciado por ETA.
Prueba de ello, dijo, son los contactos para que haya una única candidatura de izquierdas y soberanista en las próximas municipales, que integre a la antigua Batasuna, Eusko Alkartasuna (EA), Aralar y sectores de Ezker Batua-Berdeak (EBB). Una candidatura conjunta que, según Carod, puede convertirse en la «segunda fuerza del País Vasco», si los herederos de Batasuna actúan con «inteligencia» y renuncian totalmente a la violencia.
Ante estas manifestaciones, la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, instó al presidente de la Generalitat a cesar a Carod por pedir «la legitimación de una organización que forma parte del entramado terrorista».
Recado para Esquerra
Josep Lluís Carod-Rovira cree que el rumbo de ERC está algo desorientado porque considera que la dirección de los republicanos puede llevar al partido hacia la marginalidad. «El principal problema de ERC es decidir qué quiere ser», dijo, en alusión a si quiere ser un partido que lidere la izquierda, aglutine mayorías y aspire a gobernar, o dirigirse a una minoría del electorado. Carod reivindicó su etapa como líder porque ERC creció más allá de sus siglas y se mostró escéptico respecto a los resultades electorales de Esquerra ahora, ya que llegó a pedir «una reflexión» en caso de que se produzca una caída en votos.
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