domingo, 17 de octubre de 2010

Cantando la Palinodia

GASPAR SABATER

LO QUE va de ayer a hoy. El año 2007 varios miles de personas recorrieron las calles de Palma protestando contra la destrucción urbanística de la isla y el entorno de La Real leyendo un manifiesto con el que denunciaban tanto supuestos intereses particulares en la elección de los terrenos para ubicar el nuevo hospital y reclamando la paralización de las obras. Hace unos días sólo una treintena de manifestantes -¡convocados por una docena y media de organizaciones!- se concentraron frente a Son Espases para protestar contra la apertura del nuevo hospital. Sic transit gloria mundi diría un fraile Corito.

Por aquel 2007 Vicenç Thomàs, que todavía no era conseller pero hacía méritos, argumentaba que «una vez más se destruirá impunemente nuestro patrimonio; esta vez con el pretexto de hacer un nuevo hospital, sin duda necesario, pero no en este emplazamiento y con este coste». Tres años luego el mismo personaje consideraba que no sentía haber traicionado a nadie con la continuación del hospital en aquel lugar. Y el presidente Antich, recordó que el dolor de corazón que proclamó en el momento de decidir continuar la obra en Son Espases por no poder cambiar su ubicación se había visto compensado al haber protegido medioambientalmente la zona y prohibido construir en el entorno del monasterio. Y aquí paz y después gloria. Cuando el realismo se impone a la sinrazón se acaba cantando la palinodia.

El nuevo hospital era necesario. Los profesionales de la sanidad desaconsejaban remodelar Son Dureta. Había que buscar por tanto una nueva ubicación y como Son Llàtzer cubre la zona de levante el nuevo hospital debía situarse a poniente. Y surgió la dificultad de encontrar un terreno adecuado. Mirando el Google Maps queda claro que sólo podía ubicarse entre las carreteras de Sóller y Establiments, y en este segmento, so pena de desplazarlo aun más de la ciudad, sólo quedaba Son Espases y un solar entre la carretera de Establiments y el polígono de Can Valero. Recuerden que Grosske estuvo buscando alternativas y sólo encontró un huerto de naranjos, inadecuado, a la vera del polígono de Son Castelló.
En 2007 la izquierda sabía ya que cambiar la ubicación del hospital y parar las obras era imposible. Pero llevaron a cabo la mayor campaña demagógica que se recuerda en estas islas, intentando captar votos y desgastar al Partido Popular. El tiempo, inexorable, ha puesto finalmente las cosas en su sitio.

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