RELIGIÓN | Polémica en un colegio público
Una mujer sostiene dos crucifijos durante la protesta. | David Vigario
- La concentración ha sido organizada por los padres contrarios a la decisión
- Exhibieron pancartas con los lemas 'Cristo Vive' o 'Libertad para Él'
- 'No podemos consentir que nos impongan su no creencia', dice el portavoz
Cinco mil asistentes según estimaciones de la Policía local de Almendralejo. Nunca se ha visto nada igual en la historia de este pueblo, salvo la petición de un hospital hace ya bastantes años. Fue una marea humana la que se concentró en la noche de este viernes para una localidad, la de Almendralejo (Badajoz), de 25.000 habitantes. Protestaban por la retirada de los crucifijos de algunas aulas del colegio público Ortega y Gasset.
Una de cada cinco personas del pueblo, de todas las clases sociales y edades, se unieron en un ambiente festivo a la protesta -organizada por la la Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA) del centro- contra la orden de la Consejería de Educación de la Junta de Extremadura de quitar los crucifijos de dos aulas del centro, tras la denuncia del padre de dos alumnos, Lorenzo Losada, portavoz del PSOE de la localidad.
Losada también ha pedido la prohibición de cualquier acto religioso en el centro, como la apertura de curso con una misa, el miércoles de Ceniza, las flores a la virgen en mayo o la recreación de un belén viviente por los alumnos del centro: "No podemos volver a la imagen de la España de los años 50", manifestó hace dos semanas, cuando estalló la polémica.
La concentración, en la que reinó la alegría y en la que estuvieron presentes muchos alumnos de este colegio y del resto del pueblo, así como de muchas personas que portaban una cruz en las manos o cruces blancas de papel en el pecho, tuvo lugar junto a la Iglesia de la Purificación, en la Plaza de España y bajo una gran imagen del Cristo de la Paz, obra del escultor extremeño Juan de Ávalos.
La fiesta se completó con música de 'La Misión', 'El Himno de la Alegría' o la canción 'Color de Esperanza', de Diego Torres. También se pudieron se exhibieron pancartas con los lemas 'Cristo Vive' o 'Libertad para Él'. También se lanzaron al cielo dos palomas de la paz, simbolizando la libertad.
La cita era el paso previo a una demanda judicial que interpondrá la AMPA si la administración no da marcha atrás, reconsidera su postura y los crucifijos vuelven a las aulas.
El acto comenzó con las palabras la presidenta del colectivo, Dolores Galán, quien resaltó que "no vamos a permitir que esta polémica sea utilizada electoralmente ni a favor ni en contra", ante el aplauso de los presentes.
Almoneda apeló al artículo 18 de la Constitución Universal de Derechos Humanos ("toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión") y el 16.3 de la Constitución Española ("se garantiza la libertad religiosa y sus manifestaciones y los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española").
También se quiso dejar claro durante la concentración que "en ningún caso puede politizarse este asunto, ni estrictamente darle una dimensión religiosa pues tiene un trasfondo cultural y social que es nuestro más firme argumento", declaró el portavoz de la AMPA.
"No queremos imponer credo o religión a nadie, respetamos absolutamente la libertad de todos los padres que tengan las creencias religiosas que estimen oportunas o que del que no las tenga, y por ello las clases de religión son opcionales", dijo Lamoneda. Pero seguidamente añadió: "No podemos consentir que, totalitariamente nos impongan su no creencia a todos los demás, pues el crucifijo no es un símbolo religioso sino socio-cultural, consustancial a nuestra civilización desde hace dos mil años".
Además, en la declaración que se leyó ante los presentes, Lamoneda señaló que si se quitan los crucifijos de las aulas "habría que clausurar el Museo del Prado y todas las pinacotecas que, salpicadas por toda nuestra nación, evocan un sentimiento milenario, una cultura universal que cristaliza en este pueblo, de forma pujante y permanente desde el Beato de Liébana hasta el Cristo cósmico de Dalí, paseando la mirada en medio por Velásquez, Murillo, Zurbarán, El Greco, Goya, Rosales, Sorolla...".
En definitiva, quiso aclarar que "cualquier antropólogo o sociólogo, por mínima que fuere su cualificación o dotación intelectual, no puede negar que arrancar la cruz de una pared de todos es pretender ingenuamente arrebatar el alma a nuestro propio ser, renegar absurdamente de nuestro patrimonio histórico-cultural más indiscutible".
Por último, la AMPA hizo un llamamiento a todos "a la integración de inmigrantes y no inmigrantes en el pueblo, en la civilización en la que han decidido vivir, que nosotros no le hemos impuesto, y que con pleno talante democrático asuman el sentir abrumadoramente mayoritario de un pueblo, haciendo con ello un auténtico alarde de tolerancia, cultura y solidaridad".
A la concentración, aunque se quiso destacar siempre su carácter apolítico, acudió Concepción Rodríguez, presidenta del PP local de Almendralejo, que apoyó con su presencia el acto.
El Mundo
Una de cada cinco personas del pueblo, de todas las clases sociales y edades, se unieron en un ambiente festivo a la protesta -organizada por la la Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA) del centro- contra la orden de la Consejería de Educación de la Junta de Extremadura de quitar los crucifijos de dos aulas del centro, tras la denuncia del padre de dos alumnos, Lorenzo Losada, portavoz del PSOE de la localidad.
Losada también ha pedido la prohibición de cualquier acto religioso en el centro, como la apertura de curso con una misa, el miércoles de Ceniza, las flores a la virgen en mayo o la recreación de un belén viviente por los alumnos del centro: "No podemos volver a la imagen de la España de los años 50", manifestó hace dos semanas, cuando estalló la polémica.
La concentración, en la que reinó la alegría y en la que estuvieron presentes muchos alumnos de este colegio y del resto del pueblo, así como de muchas personas que portaban una cruz en las manos o cruces blancas de papel en el pecho, tuvo lugar junto a la Iglesia de la Purificación, en la Plaza de España y bajo una gran imagen del Cristo de la Paz, obra del escultor extremeño Juan de Ávalos.
Participantes en la protesta. | D.V.
La cita era el paso previo a una demanda judicial que interpondrá la AMPA si la administración no da marcha atrás, reconsidera su postura y los crucifijos vuelven a las aulas.
El acto comenzó con las palabras la presidenta del colectivo, Dolores Galán, quien resaltó que "no vamos a permitir que esta polémica sea utilizada electoralmente ni a favor ni en contra", ante el aplauso de los presentes.
Llamamiento a la serenidad y la concordia
En cualquier caso, el portavoz de los padres, Francisco Lamoneda, se dirigió a los presentes realizando "un llamamiento a la serenidad y la concordia porque esta concentración no es contra nadie sino a favor del sentir mayoritario de un pueblo que esta noche ha salido a las calles a defender sus convicciones".Almoneda apeló al artículo 18 de la Constitución Universal de Derechos Humanos ("toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión") y el 16.3 de la Constitución Española ("se garantiza la libertad religiosa y sus manifestaciones y los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española").
También se quiso dejar claro durante la concentración que "en ningún caso puede politizarse este asunto, ni estrictamente darle una dimensión religiosa pues tiene un trasfondo cultural y social que es nuestro más firme argumento", declaró el portavoz de la AMPA.
"No queremos imponer credo o religión a nadie, respetamos absolutamente la libertad de todos los padres que tengan las creencias religiosas que estimen oportunas o que del que no las tenga, y por ello las clases de religión son opcionales", dijo Lamoneda. Pero seguidamente añadió: "No podemos consentir que, totalitariamente nos impongan su no creencia a todos los demás, pues el crucifijo no es un símbolo religioso sino socio-cultural, consustancial a nuestra civilización desde hace dos mil años".
Además, en la declaración que se leyó ante los presentes, Lamoneda señaló que si se quitan los crucifijos de las aulas "habría que clausurar el Museo del Prado y todas las pinacotecas que, salpicadas por toda nuestra nación, evocan un sentimiento milenario, una cultura universal que cristaliza en este pueblo, de forma pujante y permanente desde el Beato de Liébana hasta el Cristo cósmico de Dalí, paseando la mirada en medio por Velásquez, Murillo, Zurbarán, El Greco, Goya, Rosales, Sorolla...".
En definitiva, quiso aclarar que "cualquier antropólogo o sociólogo, por mínima que fuere su cualificación o dotación intelectual, no puede negar que arrancar la cruz de una pared de todos es pretender ingenuamente arrebatar el alma a nuestro propio ser, renegar absurdamente de nuestro patrimonio histórico-cultural más indiscutible".
Por último, la AMPA hizo un llamamiento a todos "a la integración de inmigrantes y no inmigrantes en el pueblo, en la civilización en la que han decidido vivir, que nosotros no le hemos impuesto, y que con pleno talante democrático asuman el sentir abrumadoramente mayoritario de un pueblo, haciendo con ello un auténtico alarde de tolerancia, cultura y solidaridad".
A la concentración, aunque se quiso destacar siempre su carácter apolítico, acudió Concepción Rodríguez, presidenta del PP local de Almendralejo, que apoyó con su presencia el acto.
El Mundo
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