La crisis, que ha puesto de rodillas a media España, con pensiones congeladas, descensos de sueldos, subidas de impuestos y caída en picado de las prestaciones sociales, no afecta a los partidos políticos y a los sindicatos, los auténticos privilegiados del "Zapaterismo", ni a los políticos y sindicalistas, los auténticos "sátrapas" del sistema, cuyos privilegios y ventajas en la España arruinada de Zapatero siguen siendo intocables.
Dedicar a los partidos políticos españoles 82.3 millones de euros de dinero público, una subvención pública record, en estos tiempos de crisis, como ha hecho Zapatero en sus recientes presupuestos para 2011, es una "fechoría" antidemocrática intolerable. Ante los ojos de los españoles, los políticos y los sindicalistas aparecen como parásitos, no como serrvidores públicos,. De ahí el notable hundimiento de su prestigio social e imagen pública.
Cuando la sociedad española, cansada de privilegios, corrupciones y chapuzas, exige a los políticos que los partidos y los sindicatos dejen de recibir subvenciones millonarias y vivan de las cuotas de sus afiliados, el insensible y provocador Zapatero opta, de manera incomprensible, por entregarles una subvención record.
Los sindicatos, una institución bajo sospecha, con su imagen por los suelos y cuya utilidad está cuestionada por la ciudadanía española, también recibe dinero a chorros de unos presupuestos públicos que son casi de guerra y de sacrificio para todos, menos para los políticos y los sindicatos, un escándalo bochornoso e intolerable para cualquier ciudadano ético y decente.
Cuando España está estancada y no puede crecer porque se ve obligada a dedicar más de 4 euros de cada diez a pagar los intereses de su monstruosa deuda y a subvencionar a los parados, el socialismo de Zapatero opta por provocar a los ciudadanos con injusticias lacerantes como la de incrementar hasta niveles inéditos la financiación de unos partidos políticos claramente despreciados y devaluados por la ciudadanía.
Mientras que los partidos y los sindicatos sigan ordeñando al Estado y se financien con dinero público, España será un coto de caza para la casta de los sátrapas. La democracia exige que partidos y sindicatos se financien con las aportaciones de sus propios afiliados.
Vía votoenblanco
Y Via marianodigital no os perdáis hoy el reportage de Intereconomía Televisión, por lo visto catalanes y marroquíes piensan liarla parda...
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