LA MIRADA
JAVIER LEGORBURU en su articulo La Mirada (El Mundo)
COMO NORMA, me fío de las personas, salvo, claro está, que me muestren razonables indicios para no hacerlo. En las penúltimas elecciones autonómicas, voté al Partido Popular, porque, básicamente, me ilusionó aquella propaganda del «Sí al turismo» y «Sí al bilingüismo». Quiero decir que, siguiendo mi principio, me fie de Jaume Matas. Cuando, acabada aquella legislatura, hube verificado que el bilingüismo era mentira, se acabó el crédito otorgado y elegí (acto de escoger conscientemente) la abstención, que tuve incluso el privilegio de solicitar desde este recuadrito. Debo aclarar que, pese a esa decepción política, no me hubiese podido creer entonces (mayo del 2007) que un señor que había confesado humildemente que le habían temblado las piernas en su primer Consejo de Ministros podía haberse enriquecido de forma fraudulenta. Con todo, he defendido y defiendo el Estado de Derecho, esto es: la inaceptabilidad de la condena sin pruebas y la obtención de las mismas violando fueros fundamentales.
Así pues, cuando José Ramón Bauzá decidió incluir en su programa la libertad lingüística y asistió, sin coacción de ningún tipo, a la manifestación en pro de esta causa organizada por el Círculo Balear, confié en él, toda vez que no había argumentos de peso para colegir que el nuevo presidente regional del PP era otro vendedor de motos (con perdón del gremio automovilístico). Ahora bien, la cosa toma otro cariz desde que los ediles populares de Inca y Sa Pobla votan a favor del mantenimiento del liberticida decreto de mínimos y Bauzá no los expulsa o, por lo menos, recrimina. Porque el que calla otorga, y el que otorga… nos traiciona de nuevo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario