Los ermitaños de Betlem dejan Artà, pero el obispado dice que trabaja para que la vida eremítica pueda continuar en el lugar
AGENCIA MANACORNOTICIAS 07/07/2010 - 23:08:35 |
El 4 de junio se decidió por unanimidad su traslado con los hermanos de la ermita de la Santísima Trinidad de Valldemossa |
Los tres ermitaños de Betlem, en el municipio de Artà, se trasladarán a la ermita
de la Santísima Trinidad de Valldemossa dada la elevada edad de
sus miembros. A través de un comunicado conjunto, la congregación de ermitaños de San Pablo y San Antonio, junto con el Bisbat de Mallorca, han anunciado la fusión de ambas comunidades, que se produce a causa de vejez de sus miembros, y a partir de septiembre se trasladarán a la ermita del la Santísima Trinidad de Valldemossa.
El 4 de junio se decidió por unanimidad esta situación. Así pues, los tres ermitaños de Betlem, en el municipio de Artá, pasarán a vivir con los hermanos de la ermita de la Santísima Trinidad de Valldemossa para que mejore su calidad de vida.
En la misma reunión, el Capítulo General ha decidido hacer la donación al Bisbat de Mallorca de todos los bienes, tierras, inmuebles, muebles, obras de arte y objetos de culto.
Según el comunicado, la Congregación de ermitaños, junto con el Obispado de Mallorca, “trabajan intensamente para que la vida eremítica pueda continuar siendo una realidad en Betlem a fin de que la ermita siga ejerciendo la misión por la cual fue creada hace más de 200 años”.
La ermita de Betlem esta situada en una zona montañosa, convertida en un lugar de paz y meditación, a nueve kilómetros de distancia de Artà, en el Parque Natural de Llevant, con el acceso bien señalizado desde el pueblo. Está enclavada en la antigua alquería musulmana de Binialgorfa, fundada en 1805 por miembros de las comunidades de ermitaños de Sant Honorat de Randa y la Trinitat de Valldemossa.
Hoy en Diario de Mallorca:
ARTÀ
El heredero de Betlem asegura que el pueblo disfrutará siempre de la ermita
Remarca que no tiene intereses urbanísticos y admite: "Prefiriría que los ermitaños quedaran"
BIEL CAPÓ. ARTÀ / PALMA. Ante la reciente confirmación por parte de la Congregació d´ermitans de Sant Pau i Sant Antoni y el Bisbat de Mallorca, relativa a que en septiembre los tres ermitaños de la comunidad de Betlem pasarán a vivir con sus hermanos de la ermita de la Santíssima Trinitat de Valldemossa debido a la edad avanzada de sus miembros, uno de los herederos de los terrenos en cuestión, Segismundo Morey, edil del PP del ayuntamiento de Palma, ha manifestado a DIARIO de MALLORCA que su familia no tiene constancia oficial de que los ermitaños vayan a abandonar la ermita, pero que si finalmente se produjera el caso siempre se mantendría la estrecha relación que ha habido entre el oratorio y el pueblo.
Según Morey, la ciudadanía podrá seguir disfrutándola y se mostró interesado en buscar soluciones conjuntas para su conservación, reiterando que el uso sería siempre para el pueblo de Artà. Preguntado por la posibilidad de reclamar los terrenos una vez abandonen la ermita los actuales ermitaños, señaló: "La familia no tiene prisa, nos informaremos para saber si podemos actuar y cuándo, en ningún momento ha sido nuestro objetivo reclamar la tierra, preferiríamos que los ermitaños se quedaran". Morey también desmintió cualquier tipo de interés urbanístico en la zona.
Controvertida condición
En Artà hay muchas conjeturas acerca del futuro de la ermita, protegida por normativa medioambiental e incluida en el catálogo municipal de patrimonio. Uno de los motivos de la incertidumbre social es una cláusula en la escritura de donación de los terrenos para la construcción de la ermita realizada hace unos 205 años, en la que Don Jaime Morey Pizá cedía los terrenos a los ermitaños con la siguiente condición: "...Que siempre que dichos ermitaños, mis donatarios, y sus sucesores dejen de habitar voluntaria o forzosamente con las circunstancias prenotadas en dicha ermita heredada, quiero que desde luego esto se verifique quede por lo mismo nula y de ningún efectivo la presente donación y retornen o devuelvan a mí y a los míos en dominio y propiedad los bienes en ella comprendidos, juntamente con el edificio del oratorio a la ermita que hubieren erigido en ellos...", según se desprende de la transcripción del manuscrito reflejada en el libro Ermita de Betlem 200 anys d´història, de Antoni Gili.
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