Del blog Crónicas de un bobo solemne
Muy buenas a todos:
Hace algunos años visité Escocia. No dejaba de resultar curioso que en cada pueblo, por pequeño que fuera, no faltaba un monumento conmemorativo a sus caídos en las dos guerras mundiales. Con los nombres en todo caso, en la mayoría con su unidad, y en algunos con la fecha. Pero en todos esa misma idea. Recordar a los caídos. A esa gente que te vincula con el pasado.
Este comentario introductorio tiene que ver con la enorme cantidad de banderas españolas que con el mundial y la victoria de la selección española han florecido por todo lo largo y ancho de la geografía española. Incluso en lugares tan hostiles como Cataluña o el País Vasco, la gente durante un par de semanas ha podido hacer ondear la enseña nacional sin que nada ni nadie le pudiera gritar los calificativos de costumbre.
¿Esa victoria servirá para hacer cesar la desafección hacia la idea de España y de esa palabra tan denostada como es patriotismo? Soy pesimista. El deporte, como espectáculo de masas, siempre ha sido utilizado y/o manipulado para dominar a la masa, al hombre corriente que no se plantea más cosas que llegar a fin de mes y disfrutar de manera más o menos razonable de su familia. Y el futbol (o quizás por ser el futbol) es más propicio para esa manipulación.
¿La gente tiene memoria? ¿Incluso para recordar una victoria en un evento deportivo (por muy importante que sea)? No tengo la menor duda de que tiene memoria, pero esa memoria ¿sirve de un modo objetivo para que ese sentimiento patriótico nazca o se incremente? Yo creo humildemente que no. El patriotismo en mi opinión, para bien o para mal, surje en aquellas situaciones de dificultad en las que la gente apela a ese sentimiento, a esa sensación de pertenencia a un grupo como motor o elemento importante de sus vidas. Familia, vecinos, pueblo, barrio, etc... para llegar finalmente a la idea de NACIÓN.
Parándonos a analizar friamente, ¿son 23 tipos los sujetos que nos van a hacer apelar a ese sentimiento de pertenencia? No. Porque en el fondo, son 23 ricachones que aunque representando a un país, solo se representan a sí mismos. A mí no me gusta el futbol y aunque sí que me alegré por la victoria, mi conciendia como español no se movió un milímetro.
Es quizá por ello que la idea de patriotismo surge en momentos difíciles. Quizás la guerra es el elemento más claro, el que evidencia de un modo más directo esa idea de pertenencia grupal y de avanzar hacia adelante. ¿Son equiparables 11 tipos en calzoncillos con una situación bélica o con una situación (tipo 11-M) que haga despertar esa conciencia nacional? No. Creo que el patriotismo no surge de un comportamiento histérico o desenfrenado, sino más bien de una situación de reflexión, más o menos sentimental. Y en España, no hay de eso.
¿Responsables de esa situación? Uno, el principal, la mal llamada Izquierda. Su visión internacionalista y su equiparación del franquismo con el patriotismo ha sido constante desde la transición. Pero también lo es una derecha timorata, pacata y terriblemente "centrista" que ha renunciado a dar la batalla ideológica, en aras de ese mezquino cálculo electoral. Y lo digo tanto del meapilas de Rajoy, como del cantamañanas de Aznar, cuyo único acto patriótico fue casar a su hija en el monasterio de El Escorial.
Por lo demás, sólo confío en que esa mayoría silenciosa de españoles, provenga de donde provenga, y se dedique a lo que se dedique, tengan más sentido común que gentuza como Urkullo, Carod-Rovira o Quintana. O Rodríguez I el Traidor o Marianico Rajoy.
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