La industria, indignada con el proyecto que presenta hoy Sanidad
Los médicos cuestionan el veto a las golosinas en la escuela
Los médicos no creen que eliminar «chuches» y refrescos de las escuelas sea una medida eficaz para atajar la alarmante obesidad infantil. Pediatras y nutricionistas llaman la atención sobre la necesidad de educar en el consumo de alimentos sanos por encima de implementar medidas coercitivas con resultado limitado
En este sentido, Alfonso Delgado, catedrático de pediatría de la Universidad San Pablo CEU y director del Departamento de Pediatría del Grupo Hospital de Madrid, asegura que «el pilar más importante es la educación. Más que prohibir habría que enseñar cómo alimentarse de forma sana. Esta iniciativa es un medida aislada y poco efectiva si no se llevan a cabo otras».
En esta misma línea, José Manuel Ávila, director general de la Fundación Española de la Nutrición, apunta que «la clave es dotar de herramientas a los niños que les permitan discernir lo que les resulta saludable». De hecho, para Ávila sería necesario incluir una asignatura sobre educación en nutrición dentro del currículo escolar, ya que, en su opinión, «es imprescindible tener unos mínimos conocimientos sobre la materia». Una cuestión que «por decreto ley no tiene gran repercusión porque es muy difícil entender qué debemos consumir y qué no debemos».
Otro de los planteamientos defendidos por ambos especialistas es la necesidad de englobar la alimentación dentro de un estilo de vida saludable. «La mayoría de los casos de sobrepeso y obesidad se deben a factores exógenos: se come más de la cuenta y se hace menos ejercicio del que se debería hacer». De modo que, si realmente se quiere atajar el aumento de casos de obesidad infantil, que en España afecta a uno de cada cuatro niños, Delgado insiste en que es necesario fomentar un cambio en el estilo de vida.
Sin consultar al sector
Pero el Ministerio de Sanidad no sólo ha logrado echarse encima a los especialistas en nutrición con su polémico proyecto. Las empresas de alimentación, siguiendo la estela de los hosteleros con la Ley Antitabaco o los productores de vino, con la defenestrada «ley del vino», han cargado estos días contra el Ministerio de Sanidad por un texto que, a su juicio, ni servirá para atajar la obesidad infantil, ni ha sido sometido a debate alguno en el sector. La Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB), por ejemplo, considera que esta medida «se desmarca del espíritu de la estrategia Naos», y «tampoco ha cumplido el principio de consulta a las partes interesadas». A su juicio, se trata de una iniciativa que «no resuelve un problema tan importante como el de la obesidad infantil y, además, carece de un análisis reposado y suficiente consenso científico y social». Por su parte, la Asociación Nacional de Bebidas Refrescantes Analcohólicas (Anfabra), recuerda que «el consumo de refrescos no es representativo el el global de la dieta», añadiendo que «los refrescos no son la causa de la obesidad, ya que representan en torno al 1 por ciento del total de las calorías diarias que ingieren los niños y adolescentes españoles».
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