miércoles, 31 de marzo de 2010

Tarradellas sobornó a los maristas a cambio del rescate de presos

persecución religiosa en la Guerra Civil

Los hechos históricos se remontan a 1936 cuando la Federación Anarquista Ibérica, la FAI, asesinó a 172 hermanos maristas, una congregación religiosa de la Iglesia Católica, dedicada a la educación de niños y jóvenes, fundada por San Marcelino Champagnat, en Francia. La noticia sobre la compra de armas por parte del entonces primer ministro de la Generalitat, Josep Tarradellas, a cambio del rescate de presos maristas, la saca a la luz el historiador e investigador Miquel Mir en un libro editado por Pórtico bajo el título "El precio de la traición", que escribe junto a Mariano Santamaría.

LA CLAVE

Un hallazgo de enorme alcance... rápidamente silenciado por la mayoría mediática.

Josep Tarradellas

Se trata de uno de los capítulos más desconocidos de violencia anticlerical en Cataluña: el asesinato de 172 maristas con la consiguiente persecución, chantaje y traición que sufrieron por parte de dirigentes de la CNT con cargos de responsabilidad en la Consejería de Interior de la Generalidad. Un chantaje de 200.000 francos franceses que cobró de los maristas franceses Aurelio Fernández, cabeza del Departamento de Investigación y secretario general de la Junta de Seguridad y que entregó religiosamente a Josep Tarradellas, también consejero de Finanzas, por la libertad, inmunidad y salida de España de un grupo de religiosos que habían salvado la vida en nuestro país. Un pago infructuoso.

Este capítulo negro de la historia se ha conocido tras el hallazgo de los diarios de los jefes de las patrullas de la CNT-FAI sobre la sangrienta represión de los primeros meses de la Guerra Civil en Barcelona. "Las pruebas reunidas son lo suficiente elocuentes por afirmar que algunos gobernantes de la Generalitat de Catalunya estaban al cabo de la calle de la persecución y el chantaje de doscientos mil francos que los dirigentes de la CNT-FAI -con cargos de responsabilidad a la Conselleria de Interior de la Generalitat de Catalunya- hacían a la Institución Marista, y que este dinero cobrado por Aurelio Fernández fue entregados a Josep Tarradellas, que a su turno los entregó a Josep Asens para ser trasladados y depositados en Suiza", refleja el libro.

Y los autores dan nombres: "Los responsables de todo el que pasaba eran Manuel Escorza, del Comité de Investigación de la FAI; Dionís Eroles, cabeza de Servicios de la Comissaria General de Ordre Públic; Josep Asens, cabeza de las Patrulles de Control; Aurelio Fernández, secretario general de la Junta de Seguretat e Interior de la Generaltiat de Catalunya; Silví Torrentes, cabeza del cuartel de Sant Elies".

Vía Cope

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tarradellas fue un gran político. Si vivierse, con el nivel que tenía, se comería a todos los políticos del Parlament. Fue un gran responsable de las industrias de guerra. Mientras todo el mundo estuvo bajo su mando, la guerra se iba ganando y la industria militar fue excelente. Cataluña, grácias a Tarradellas, fue un gran proveedor de armas.
Ahora bien, a la que los sindicalistas decidieron desentenderse, creyéndose más listos que nadie yendo de jefecillos, y los anticatalanistas de Madrid, con sus estúpidos prejuicios hacia Cataluña alegando esas cosas de que "los catalanes se lo quedan todo" y "los catalanes solo quieren la pela" y jilipolleces de este estilo, "cerraron el grifo" del Banco de España y Cataluña dejó de ser la gran suministradora de armas de la República. Incluso Tarradellas en una entrevista dejo que prefirieron dar la fábrica de armas de Toledo a los nacionales que trasladarla a Cataluña. Así que, por culpa de los prejuicios a los catalanes (que por lo visto importaban más que ganar la guerra y que la República) se perdió la guerra. Ahora, claro, esas son de aquellas verdades que no se pueden decir y que nadie se atreve a contar, porque decir que sindicalistas y anticatalanistas dieron España a Franco en bandeja de plata... uiuiui.