El Gobierno tomará medidas si Venezuela no colabora
JAIME LÓPEZ / MARISA CRUZ
Caracas / Madrid
«No tengo que darle ninguna explicación a Zapatero». Hugo Chávez ha dejado claro que no va a decir nada sobre las acusaciones de colaboración del régimen venezolano con ETA y las FARC vertidas por el juez Eloy Velasco en un auto de procesamiento.
Durante un acto en una populosa barriada de Caracas, el presidente venezolano calificó ayer de «temeraria» la acusación del magistrado de la Audiencia Nacional -a quien acusó de formar parte de una «orquesta internacional contra su país»- y manifestó que «es absolutamente falso» que apoye a ETA.
Chávez aseguró que no ha recibido ninguna solicitud formal sobre el asunto y relató la conversación que el martes mantuvo por teléfono con Miguel Ángel Moratinos, a quien calificó de «buen amigo». Indicó que el ministro de Exteriores español no le pidió «ninguna explicación», sino que «más bien» le llamó «para explicarle que el Gobierno de España no tenía nada que ver en este tema».
«Él llamó para aclararnos a nosotros, para darnos una explicación. Así me lo dijo: 'Sepa usted que mi Gobierno no tiene nada que ver con esto'», aseveró.
Y añadió: «El presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, a quien yo estimo mucho, salió diciendo por allá que el Gobierno de él se dirigió al de Chávez para exigir explicación. Pues yo, Zapatero, no tengo nada que explicar, compañero, nada. No tengo nada que explicarle a Zapatero, ni a él ni a nadie en el planeta, más bien el jefe del Gobierno español y el Rey de España deberían meter el ojo a su poder judicial».
Horas antes de conocer esta respuesta, el Gobierno mantenía que no daría un paso antes de que Caracas diera respuesta oficial, por escrito y detallada, a las acusaciones de colaboración, bajo el argumento de que no desea «satanizar» al régimen venezolano.
La actitud que mantenían en el departamento de Moratinos era la de «no poner la mano en el fuego» por Venezuela, pero tampoco restringir las relaciones antes de obtener de Caracas una explicación concreta y convincente.
En Exteriores no se negaba la posibilidad de tener que adoptar medidas diplomáticas -la primera sería convocar al embajador venezolano en Madrid- pero éstas se activarán, señalaron las fuentes consultadas, «si hay que protestar porque Caracas se niegue a colaborar, o bien porque las explicaciones que proporcione sean insuficientes».
La retirada del embajador español de Caracas e incluso la ruptura de relaciones son pasos extremos que se adoptarían si finalmente hay pruebas concluyentes que demuestren la cooperación, amparada por el régimen de Chávez, entre ETA y las FARC con el objetivo de atentar en España contra altos cargos colombianos, entre ellos el actual presidente Álvaro Uribe.
En Exteriores, los expertos en Iberoamérica aseguraron que todos los países latinoamericanos en los que residen miembros o colaboradores de la banda terrorista «tienen claro que con ETA no se juega y son conscientes de las consecuencias que se derivarían para su relación con España de una política de connivencia y apoyo a la banda».
«No tengo intención de dañar las relaciones con el presidente ni con el Rey de España», aclaró ayer Chávez, y añadió: «De la actitud del Gobierno de España dependerán las relaciones. Tienen que respetarnos»
Vía epesimo
Vídeo Libertad digital
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