domingo, 28 de febrero de 2010

Los 'radicales' tenían razón

POLÍTICOS BAJO SOSPECHA / Auge y caída de la 'Princesa' de Mallorca

EDUARDO INDA

Cuando en 2002 el maestro Pedro J. Ramírez me dio la alternativa en esa maravillosa plaza de primera que es EL MUNDO de Baleares, no tardé ni una semana en percatarme de que Mallorca era un vergel informativo en forma de corruptelas a gogó. Prácticamente todos los enfangados caminos conducían a un mismo ADN: Maria Antònia Munar, alias MAM.

Pronto certificamos lo que hasta entonces constituía un secreto a voces: una sociedad de la presidenta del Consell de Mallorca transportaba la grava de las carreteras que adjudicaba. Todo quedaba en casa. Munar presidenta concedía una obra pública y Munar empresaria llevaba los materiales. En EEUU o Alemania, el fiscal la hubiera empurado, ella hubiera dimitido y al periódico le habrían llovido las felicitaciones. Ocurrió lo mismo pero al revés: el fiscal la protegió por omisión, ella se jactó de que habíamos errado en el reparto accionarial -«la compañía no es mía al 40%, sino al 100%»- y su legión de periodistas a sueldo nos linchó. «Sois unos radicales», es lo más benévolo que nos escupieron.

Que la indecente Mallorca oficial nada tiene que ver con la decente Mallorca real lo corroboré ipso facto. El fiscal jefe, Tomeu Barceló, miró hacia otro lado practicando esa genética costumbre suya de proteger a los presuntos de los ciudadanos en lugar de defender a los ciudadanos de los presuntos. Cada vez que le íbamos con una mangancia made in MAM se limitaba a sonreír mientras glosaba las virtudes físicas de la interfecta. «¡Cómo estaba cuando tenía 20 años!», mascullaba un personaje que parece extraído de una película de Cantinflas y que es el auténtico responsable de que la corrupción haya alcanzado magnitudes cósmicas en las Islas.

2003, 2004, 2005, 2006, 2007… Pasaban los años pero no las corruptelas de MAM. El día que no adjudicaba por 30 kilos a una constructora amiga un solar por el que otros ofrecían 65, regalaba millones a seudoasociaciones montadas por correligionarios. Y cuando no hacía lo uno o lo otro compraba votos en campaña o apañaba un pelotazo de 120 millones con el editor Pedro Serra. Y entre tanto se instalaba en su casa una caja fuerte de una tonelada en la que caben 82 millones de euros.

MAM, que acostumbra salir a la calle con 100.000 euros en joyas y trapitos sobre su augusto cuerpo, se creía intocable. «No me vais a pillar y si me pilláis, da igual. Aquí estas cosas no tienen importancia», les soltó a unos estupefactos Pedro J. y Ágatha cuando empezamos a sacarle las vergüenzas. El día que un buen hombre nos puso a Esteban Urreiztieta y un servidor los primeros papeles de las megacomisiones de Son Oms encima de la mesa me di cuenta de que EL MUNDO la acabaría pillando y de que la cosa sí tenía importancia.

PD. A los que sostenían que somos unos radicales he de darles la razón. Porque, como bien precisaba el profesor Tierno cada vez que le colgaban el sambenito, «radical es aquel que va a la raíz de los problemas».

Eduardo Inda fue director de EL MUNDO/El Día de Baleares entre agosto de 2002 y julio de 2007

POLÍTICOS BAJO SOSPECHA / Auge y caída de la 'Princesa' de Mallorca

Vía epesimo

No hay comentarios: