'Si no lo paramos ahora, todas las palmeras estarán muertas en 5 años'
- Los jardineros de Baleares advierten de la grave amenaza del picudo rojo
- En 4 años se ha expandido por toda Mallorca y ha acabado con 300 palmeras
El picudo rojo (Rhynchoforus ferrugineus) es un insecto gregario. Una misma palmera puede albergar hasta 300 individuos pero basta uno solo para acabar con la vida del árbol en menos de dos años. Desde que se descubrieran los primeros focos en 2006 en Sa Ràpita (Campos) la expansión del escarabajo ha ido en aumento, dejando pruebas de su implacable voracidad en casi todas las comarcas de Mallorca (sólo el Pla y Llevant se salvan). Las alarmas suenan con más fuerza a medida que se va tomando conciencia de la magnitud real de la amenaza: "Si no lo paramos ahora, en cinco años habrá acabado con todas las palmeras de la Isla".
La frase pertenece a Abed Zamrik, presidente de la Asociación Balear de Empresas de Jardinería (ABEJA), obviamente el sector más acongojado con el avance de la plaga. Ahora que se tienen pruebas de sus efectos en latitudes cercanas nadie bien informado se atreve a tildarle de exagerado. "En Valencia tuvieron que arrancar 1.500 palmeras afectadas en 2006. Dos años después la cifra fue de 15.000".
Por el momento, la gravedad no ha alcanzado cotas tan elevadas en Mallorca, donde desde su aparición el picudo rojo ha obligado a arrancar alrededor de 300 palmeras. Con todo, el departamento de Sanidad Vegetal de la Conselleria de Agricultura y Pesca ha empezado a celebrar jornadas informativas en los núcleos afectados con el objetivo de extremar las precauciones activadas en 2006, cuando se declaró la existencia de la plaga en Mallorca e Ibiza.
A los focos descubiertos en la zona del Migjorn –en Llucmajor, Campos, Felanitx y Santanyí– les sucedieron otros nuevos en Palma, Alaró y Pollença. Si bien las zonas costeras son las más propensas a resultar afectadas por el simple hecho de que son las que concentran mayor número de palmacias, la presencia del escarabajo en Alaró demuestra que el interior isleño tampoco está a salvo. En Ibiza se constataron focos en Sant Josep mientras que Menorca se mantiene en estado de alerta ante posibles introducciones.
Más información en El mUndo/El Día de Baleares
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