miércoles, 3 de febrero de 2010

| Las veguerías Las claves de la nueva división territorial que propone Montilla


Las siete veguerías que incluye el anteproyecto son Barcelona, Girona, Lleida, Central, Terres del Ebre, Camp de Tarragona y Alt Pirineu i Aran Sustituirán a las actuales provincias y asumirán sus funcionarios y presupuesto.


Los diferentes socios del Govern discuten la aprobación de la ley que dividiría Cataluña en veguerías. Analizamos las claves de la nueva distribución territorial.
¿Cuáles son las veguerías y cómo están divididas?

El anteproyecto de ley de la organización veguerial que ultima el Govern y que surge del texto estatutario incluye la división de Cataluña en siete áreas administrativas. Son Barcelona, Girona, Lleida -que no corresponden a la actual división de estas tres provincias, sino a una parte de ellas-, Central, Terres de l’Ebre, Camp de Tarragona y Alt Pirineu i Aran.
¿Dónde están los puntos de conflicto entre municipios?

Lleida critica la pérdida de peso que supone que la provincia quede dividida en tres veguerías. Los ayuntamientos de Tarragona y Reus trasladan su enfrentamiento casi histórico a la capitalidad de la nueva veguería: Camp de Tarragona. Reus exige que ambas ciudades compartan la capital -como pasa con Sabadell y Terrassa en el Vallès- y Tarragona, además de negarse en rotundo, reclama que la nueva veguería se denomine simplemente Tarragona.
¿Sustituyen a las provincias y comarcas actuales?

Las siete veguerías sustituirán a las cuatro provincias actuales, pero estarán divididas por las comarcas, que permanecen como unidad administrativa intermedia entre el ayuntamiento y la vegueria. ¿Cómo será la transición de provincias a veguerías?

Una vez aprobado el proyecto de ley que reordena el territorio, se crearán comisiones de traspaso formadas, de manera paritaria, por altos cargos de las diputaciones y de los nuevos gobiernos de las veguerías. La ley se compromete a subrogar a los funcionarios de las diputaciones provinciales hacia las nuevas administraciones. Lo que está por ver es si la plantilla es suficiente y si los empleados públicos aceptarán, en los casos en que sea necesario cambiar la sede, un cambio de lugar de trabajo.
¿Qué problemas de competencias pueden generar?

El cambio de fronteras subautonómicas y la supresión de las provincias puede suponer un conflicto en el reparto de circunscripciones electorales y de fronteras administrativas. Hasta ahora, los diferentes escaños en las elecciones se repartían por provincias -con un número de escaños dependiendo del peso específico de cada una-. La veguería de Terres de l’Ebre, además, no podrá empezar a funcionar hasta que se modifiquen normativas estatales sobre la demarcación territorial, judicial y electoral.
¿Cómo se organizarán?

Cada veguería estará dirigida por un consell -formado por un president o veguer en cap y sus consellers o veguers-, un órgano que, entre otras funciones, distribuirá algunos de los recursos asignados por la Generalitat a esa zona. El número de veguers, entre 25 y 51, dependerá del número de habitantes y serán éstos quienes, en mayoría absoluta, decidan qué ciudad es capital de la veguería.
¿Cuánto va a costar el cambio de división?

Le ley asegura que a las veguerías se les asignarán los mismos recursos que, en la actualidad, reciben las diputaciones provinciales. Lo que no aclara es cuál va a ser el coste del cambio (comisiones de traspaso, contratación o bajas de trabajadores, informes técnicos...).
¿Por qué veguerías?

El término que recupera el Estatut en su articulado nos devuelve a la época de la Segunda República y, mucho antes, al siglo XII. En el medievo, los veguers eran funcionarios representantes del rey en cada una de las diez veguerías iniciales. El Decreto de Nueva Planta y la ocupación francesa eliminaron esta división en favor de las provincias. En 1937, Lluís Companys las recuperó, pero volvieron a ser sustituidas por provincias por el franquismo. Por esa razón, para muchos sectores independentistas constituyen un símbolo de resistencia.

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