La nueva subida fiscal que prepara el Gobierno castigará, especialmente, a la clase media española, al igual que ya sucedió con el aumento de impuestos de 2009. La progresividad del sistema tributario español se nutre de las rentas del trabajo de la clase media y baja. Los contribuyentes con rentas brutas anuales comprendidas entre los 10.500 y 39.000 euros son los que abastecen de recursos al Fisco. Entre ambos tramos se concentra el 65,6% de los contribuyentes y el 56,5% de la recaudación total por IRPF, según los últimos datos de la Agencia Tributaria, correspondientes a 2007.
De hecho, más de la mitad de los contribuyentes declaran una renta inferior a los 18.000 euros brutos al año, es decir, apenas ganan unos 1.000 euros netos al mes mientras que pagan de media casi 4.000 euros anuales por este tributo. Las rentas superiores a 60.000 euros sólo representan el 4,3% de las liquidaciones y el 20% de la recaudación total, mientras que las superiores a los 600.000 euros se sitúan en el 0,1% y el 5%, respectivamente.
Así pues, el perfil medio del contribuyente español está constituido por asalariados mileuristas, con o sin hijos. Por ello, si el Gobierno pretende incrementar la recaudación para financiar sus desmanes de gasto público, de una u otra forma, aumentará aún más la elevada carga fiscal que ya sufre la clase media.
Lo grave de la situación es que los españoles ya soportan una de las cargas fiscales más elevadas de la zona euro, tan sólo superada por Italia y Portugal. El Gobierno miente de forma descarada al afirmar que los impuestos en España son «muy bajos». Hacienda se incauta casi de la mitad del salario medio de un trabajador. El pago de IRPF, Seguridad Social e Impuestos, IVA e Impuestos Especiales asciende al 47% del sueldo medio en España, llegando a superar el 50% si se suma el pago de Sucesiones, Donaciones e impuestos municipales, entre otros.
Hasta aquí lo que se ve, pero lo más importante es lo que no se ve. Más impuestos generarán más paro y más recesión. España precisa incrementar de forma urgente e intensa su tasa de ahorro para superar la crisis e iniciar así el camino hacia la recuperación económica. El ahorro es imprescindible para amortizar las malas deuda acumuladas durante la época de la burbuja inmobiliaria y emprender nuevos proyectos de inversión capaces de generar riqueza y empleo a medio y largo plazo. Una nueva subida de impuestos a particulares o empresas restará capacidad de ahorro e inversión a la economía española y garantizará un largo período de estancamiento.
Manuel Llamas es analista del Instituto Juan de Mariana.
Vía El Mundo
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