La OCB ha encontrado un filón en el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Palma para hacer caja. Ayer la Junta de Gobierno del Consistorio palmesano le adjudicó a esta entidad una ampliación del actual servicio de dinamización lingüística, en esta ocasión de descentralización territorial, por un total de 107.000 euros. Lo hizo mediante la convocatoria de un concurso abierto al que únicamente se había presentado, casualmente, la Obra Cultural Balear (OCB). Se trata del último donativo recibido por este colectivo desde la Concejalía de Cultura liderada por la edil nacionalista, Nanda Ramón (Bloc).
De esta forma el equipo de gobierno continúa en su línea de incremento constante de las aportaciones para el fomento del catalán que tienen como principal destinatario a la OCB y a toda una serie de asociaciones afines y próximas a este colectivo, caso de Joves per la Llengua. Se da en este caso la circunstancia de que esta aportación económica se produce apenas diez días después de que la alcaldesa de Palma, Aina Calvo, frenara en el último Pleno de Cort una propuesta del PP en la que se instaba a destinar la partida económica dedicada a dinamizadores lingüísticos a ayudas a las familias para la compra de libros de texto.
La primera edil exhibió un informe de Secretaría que acordaba dejar este punto sobre la mesa ante la falta de un estudio económico del interventor que autorizara y diera el visto bueno a este cambio de destino de los dineros públicos propuesto desde la oposición. Antes de conocer el contenido del mismo, el equipo de gobierno procedió ayer a hacer uso de la partida que ya tiene destinatario: la OCB. Una forma de proceder que ayer el portavoz popular, Julio Martínez, criticó duramente. El edil acusó a la alcaldesa, Aina Calvo, de desconocer que estamos en una situación de crisis económica. «Con un crecimiento imparable del número de parados no debe de ser una prioridad destinar más recursos a los dinamizadores lingüísticos», dijo. Martínez reconoció que tras gastar esta partida ahora «el informe del interventor nos dirá que el dinero ya está destinado y que nos busquemos otra», aseguró. Aunque la adjudicación del servicio a la OCB fue acordada ayer por la Junta de Gobierno, el PP ya advirtió a principios del presente ejercicio que la suma para fomento de políticas en favor del catalán iba a dispararse en plena crisis en un 73%. Con lo aprobado el equipo de dinamizadores lingüísticos pasará de costar a las arcas públicas 120.000 euros a 207.000. Una subida presupuestaria notable a la que hay después que sumarle un goteo incesante de ayudas y subvenciones que desde el área de Cultura, Patrimonio y Política Lingüística se dan a toda clase de entidades sociales con la única condición de que hagan uso de la lengua catalana. No hay que olvidar que, por ejemplo, entre 2007 y 2009 Cort multiplicó por cuatro las ayudas y subvenciones a la OCB para el desarrollo de toda clase de actividades, servicios y fiestas.
Sólo este servicio para el fomento del catalán le cuesta a Calvo 207.000 euros al año
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