La habitual referencia a las barbas del vecino es más oportuna en esta tesitura que en otras. Grecia ha aprobado un plan de ajuste de cerca de 30.000 millones de euros. España también tiene su plan de ajuste… de 16 millones de euros. No 16.000, sino 16. ¿Será suficiente? Antes de responder a esta pregunta, detengámonos en las medidas que ha adoptado Grecia para evitar caer en el abismo.
La política es un proceso que pasa por prometer grandes beneficios y ocultar los costes. Cuando es posible, lo que hace es ofrecer grandes beneficios ahora y enviar los costes hacia el futuro. Grecia ha sido sólo un caso extremo de ello. Y este es el momento en que todos los costes han emergido, con todo su peso. La fiesta pasó, y este es el momento de pagarla.
En primer lugar, con impuestos. Grecia ya subió el IVA dos puntos en marzo, y ahora se ha comprometido a subirlo dos puntos más, hasta el 23 por ciento en el tipo general, aunque podrían acabar siendo tres puntos. También subirán los “impuestos al pecado”, como se les llama: los que gravan en alcohol y el tabaco. Los conductores verán también cómo se encarece la gasolina por culpa de los impuestos.
Se prohiben las jubilaciones antes de los 60 años. Y la pensión completa, que era la norma en Grecia, ahora sólo la percibirán quienes hayan estado contribuyendo 40 años, es decir, un trabajador que no haya dejado de contribuir desde los 25 a los 65 años. La medida tiene un período de ajuste de 5 años. Además se retrasa la edad de jubilación hasta los 67 años.
Los contratos del sector público a corto plazo no se renovarán. Se cerrarán más de 800 entidades públicas, que se consideran poco útiles. Y se lanza un programa de privatizaciones y venta de propiedades públicas.
A los funcionarios públicos se les congela el sueldo al menos hasta 2014. Se les quitan las pagas extra de Navidades, Semana Santa y verano, y otros gastos de personal también se recortarán. Se paraliza la contratación de nuevos funcionarios.
En total, un ajuste de 30.000 millones de euros, un 11 por ciento del PIB en 3 años que permitirá a Grecia alcanzar un déficit del 3 por ciento en 2014. Es duro, sí, pero ¿es suficiente? Probablemente no. El Banco Central Europeo advirtió el mismo domingo en que se alcanzó el acuerdo de que probablemente se tendrán que tomar nuevas medidas en el futuro. Considera “esencial” que “las autoridades públicas griegas estén preparadas para tomar nuevas medidas que se consideren adecuadas para alcanzar los objetivos del programa”. No es que el BCE no haya puesto de su parte: ha renunciado a sus propias normas, que exigen un mínimo en la calificación de la deuda para aceptarla como colateral, y ahora acepta los bonos griegos, pese a que están calificados como “bonos basura”. El BCE tiene en cuenta tanto la ayuda de 110.000 millones comprometidos por la UE como el plan de reformas.
Pero, con las medidas ya adoptadas o con otras que se puedan sumar, ¿es posible darle la vuelta a la situación en Grecia? El Blog Calculated Risk refiere un informe del Fondo Monetario Internacional de 2009 que afirma lo siguiente: “El ajuste que necesitan muchas economías avanzadas puede ser difícil, pero no está carente de antecedentes. Más de 20 economías avanzadas han logrado avances en sus balances primarios de al menos el 5 por ciento del PIB al menos una vez en los últimos 40 años. Diez de ellos han logrado mejoras del 10 por ciento en ese período”. No obstante, reconoce que ahora será “más difícil”, por una demografía adversa y una caída en la tasa de crecimiento potencial.
Unas declaraciones de Moritz Kramer, de S&P, defienden la rebaja en la calificación de Grecia independientemente del plan de rescate del país, ya que éste no cambia la perspectiva a medio plazo del país. Y considera que hay una probabilidad del 14 por ciento de que los tenedores de deuda griega pierdan del 50 al 75 por ciento de su valor.
Ahora sí. El plan de austeridad del Gobierno, de 16 millones de euros, ¿será suficiente? Parece claro que no. España tiene una ventaja de unos años sobre Grecia, pero el camino que lleva es el mismo. Por eso debe adoptar medidas con efectos reales, cuanto antes mejor.
Vía Factual
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