El letrado desvela que pidió que el registro se hiciera pasada la Nochebuena y el juez amenazó con descerrajar la puerta / Los agentes buscaron en vano dos cajas fuertes
EDUARDO COLOM / ESTEBAN URREIZTIETA
Palma de Mallorca
«Si existe esa caja podrá ser localizada en días sucesivos, menos intempestivos que en Nochebuena», le inquirió el letrado Rafael Perera. A lo que el juez José Castro le replicó, según la versión del letrado, que si no facilitaba el «inmediato acceso al lugar» se procedería «a descerrajar la puerta de entrada del inmueble para acceder a su interior». Al fin, y como relató detalladamente y en tiempo real la edición digital de EL MUNDO, el registro se produjo. Según lo que ha trascendido, no se halló ninguna caja de caudales oculta.
Ayer, en un comunicado, Perera lamentó el trato concedido a su cliente: «Pienso que si se investigase a un terrorista o a un capo del tráfico de drogas no se usarían recursos más contundentes y rigurosos que los que se utilizaron en el nuevo registro en la vivienda de Matas». El segundo en menos de dos meses.
De hecho, el juez ya había capitaneado una comitiva de la Guardia Civil el pasado 7 de noviembre en la que no se halló una caja de caudales. «Una veintena de agentes ya inspeccionaron entonces todos los rincones de la casa sin encontrar ninguna», subraya ahora Perera. Pese a ello, el juez emitió el jueves un auto en el que ordenaba de nuevo la inspección del piso «con el fin de localizar y abrir la caja de seguridad existente». Agregando que «la negación de la existencia de tal caja de seguridad genera sospechas delictivas muy difíciles de justificar».
En los días previos al registro de Nochebuena, los investigadores interrogaron a uno de los profesionales que participaron en la reforma del inmueble, coloquialmente conocido como el palacete de Matas por sus dimensiones (más de 450 metros cuadrados) y porque ocupa una planta de una antigua casa palaciega de impronta renacentista del casco histórico de Palma.
Según han asegurado fuentes próximas a la investigación, este profesional del gremio de la construcción, les aseguró que Matas barajó la posibilidad de colocar una y hasta dos cajas fuertes, aunque finalmente habría descartado la idea y las cajas no fueron instaladas, al menos por él.
Este testimonio, unido al hecho de que en el último mes una decena de testigos han declarado haber cobrado más de 300.000 euros en efectivo y sin facturas por realizar obras en la vivienda de Matas, provocó que el juez decidiese acceder a la vivienda para rastrear el lugar en el que se habría barajado colocarlas inicialmente. «Fueron directamente a un lugar concreto», aseguraron ayer esas mismas fuentes.
Así lo confirma el relato del abogado, quien acudió al registro tras la amenaza de forzar la cerradura. «Un nutrido grupo de agentes de la Guardia Civil provistos de detectores de metales y con la asistencia de expertos del Tedax con aparejos propios pra la detección de explosivos metálicos» estaba procediendo a la inspección.
«Les ayudaban carpinteros especializados que reconocieron durante horas los armarios del dormitorio del matrimonio Matas-Areal, vaciando sus cajones y manoseando sin guantes la ropa y efectos muy personales». Buscaban «dobles fondos o trampillas camufladas». Al no encontrar nada, llamaron a un carpintero de Sa Pobla que había realizado las tareas de carpintería. «Personado en el lugar -relata Perera- confirmó la inexistencia de caja alguna».
SE RUMOREA en las islas que al finalizar la actuación el Fiscal Horrach exclamó por lo bajini: "... y cuando lo requiera la jugada realizaremos un tercer registro para buscar tres cajas, tres
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