sábado, 26 de junio de 2010

Islam, la otra clase de tela

Las subvenciones del PSOE nutren a escuelas coránicas, las ‘ikastolas’ del salafismo.

Han empezado la casa por el tejado, o mejor dicho por la cabeza: prohibir el burka. El pulso del islam con Occidente no puede reducirse a una escaramuza indumentaria. Resulta demagógico defender la dignidad de la mujer sacándola de la Edad Media textil y, a la vez, regar con subvenciones a los grupos islamistas que florecen como hongos. El PSOE es un maestro (en la demagogia y el riego). El PSC ha reaccionado a remolque de CiU (estamos a cinco minutos de las catalanas), prohibiendo el velo integral en varios ayuntamientos. Pero la Generalitat, gobernada por los montillos, tiró el dinero del contribuyente para regalarle 412.180 euros al Consell Islàmic de Catalunya (¡tela!). Como se pueden imaginar, este último no se dedica a hacer acampadas scout, sino peregrinaciones a La Meca, mediante su filial Travel Tours Consejo Islámico de Cataluña SL. Esas y otras generosas ayudas sirven de nutriente a mezquitas radicales y escuelas coránicas, las ikastolas del salafismo donde les dices Alianza de Civilizaciones y se parten de risa. Eso en Cataluña, pero no se queda manca Andalucía, donde fundaciones como la Blas Infante hacen mousse de separatismo e islamismo, previamente cebadas económicamente por el partido de Zapatero.

¿Cómo esperar que el musulmán vaya a integrarse sólo porque se le prohiba el burka, si el Ministerio de Justicia les sigue dando pasta a los integristas, a través de la Fundación Pluralismo y Convivencia? El mismo Ministerio que impulsa una ley de nombre irónico (Libertad Religiosa) consistente en fomentar lo minoritario (el islam) en detrimento de lo mayoritario (el cristianismo).

No voy a ponerme borroka como Oriana Fallaci, cuando dedicaba el nombre de Eurabia al Continente dos veces Viejo. Pero nuestros gobernantes no van a integrar a los musulmanes porque no saben dónde (carecen de la idea de España) y terminarán cediendo porque carecen de raíces. Ya han empezado a hacerlo, y no con el velo, sino con otra clase de tela.

Vía La Gaceta

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