martes, 8 de junio de 2010

Expropiaciones en masa en la Venezuela de Chávez

LÓPEZ / Caracas
Guerra abierta contra la «burguesía»


Zapatero embusteroLa expropiación de numerosas empresas privadas paraliza las importaciones de alimentos en Venezuela, el único país de la región que cerrará este año en recesión

El mercado de Quinta Crespo es un conocido centro comercial situado al oeste de Caracas, donde acuden todos los días miles de venezolanos para hacer la cesta de la compra. Su funcionamiento es similar al mercado de Las Ventas de Madrid. Es bullicioso, con numerosos pasillos y locales que dispensan a mayoristas y minoristas carne, pescado y frutas tropicales como papaya o maracuyá. La mayoría son comercios familiares controlados por inmigrantes portugueses y españoles.

Ayer, estos dueños recibieron la temida visita del Instituto de Consumo (Indepabis). Acompañados por la Guardia Nacional, sus funcionarios entregaron los documentos de expropiación a cuatro locales por «especular y acaparar» alimentos. Las órdenes venían de arriba. Durante su programa dominical Aló Presidente, Chávez anunció la expropiación de 18 de estos locales comerciales en Caracas, Táchira y Aragua. Dicho y hecho. Se cumplieron en tiempo récord; menos de 24 horas.

El presidente venezolano también firmó la «adquisición forzosa» de dos empresas que fabrican latas de aluminio y envases para el sector de los alimentos, y de 80 compañías cuyo dueño era un grupo de banqueros investigados por presuntos hechos de corrupción en la compraventa de deuda venezolana.

Las últimas nacionalizaciones decretadas por Chávez a golpe de micrófono se producen en un entorno económico negativo. El Banco Central de Venezuela (BCV) dijo en su último informe que la economía del quinto exportador de crudo se contrajo un 5,8% el primer trimestre y que la inflación registró un alza del 11,3% en el mismo periodo. La patria del Socialismo del Siglo XXI será el único país latinoamericano que cerrará 2010 en recesión, aunque la cotización del petróleo esté por encima de los 70 dólares.

A pesar de las recomendaciones de economistas, Chávez ha acelerado en las últimas semanas su agenda revolucionaria, declarando la «guerra a la burguesía» e interviniendo el mercado financiero y las Casas de Bolsa, unas medidas que han paralizado las importaciones que no realiza el Estado.

«Vamos a ver quién aguanta más: ¿tú con tus millones o yo con mi moral? Porque tú eres un ricachón, tú vas al infierno, al cielo no vas», afirmó el jefe de Estado la semana pasada, cuando amenazó al presidente del gigante de alimentos y cervezas Polar y a los directivos de los gremios de empresarios Fedecámaras y Conindustria.

Varios analistas estiman que las 30 plantas industriales de Polar -que emplean a 30.000 personas y fabrican alimentos, cervezas, y refrescos- son fundamentales para mantener abastecida a Venezuela, país que sufre ciclos de escasez cada vez más frecuentes por la caída de la producción y la restricción de las importaciones. En lo que va de año, Chávez ha expropiado los hipermercados Éxito, controlados por el grupo francés Casino; unos terrenos de Polar en el estado industrial de Lara; y la empresa de alimentos Monaca, propiedad del mexicano Gruma.

«Presidente, declare la guerra, contra el desempleo, el desabastecimiento y la inseguridad. El sector privado es más eficiente que el Estado, a nosotros no se nos pudre la comida», dijo un portavoz de Fedecámaras, sobre las 70.000 toneladas de comida importadas por el Gobierno en 2009 que aparecieron putrefactas cerca del mayor puerto del país.

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