Joan Font Rosselló
El escándalo de las basuras ha puesto de manifiesto de forma extraordinariamente gráfica, incluso para el más necio de los contribuyentes, como la corrupción la terminan pagando los ciudadanos de su bolsillo.
En el artículo del pasado martes (17-01-2011) en El Mundo-El Día de Baleares me preguntaba si los alcaldes que implantaron el puerta a puerta sabían a ciencia cierta que el Consell estaba facturando a Melchor Mascaró y a Lumsa-FCC por las toneladas de vidrio, papel y envases que recogían las concesionarias contratadas por sus ayuntamientos. Las declaraciones ante el juez de los alcaldes de Puigpunyent, Bunyola y Esporles el mismo día de estallar la operación Cloaca, así como las declaraciones realizadas en el periódico referido el miércoles día 19 de enero por parte de algunos alcaldes que confirmaban las del día anterior por parte de la actual presidenta de la Mancomunitat des Pla, certifican que todos ellos estaban al tanto del fraude. La conclusión no puede ser más obvia y debería ponerlos contra las cuerdas ante sus ciudadanos. Han estado encubriendo la corrupción de UM en el Consell y la han hecho pagar a sus ciudadanos a los que han impuesto unas tasas adicionales y directas por el puerta a puerta por un servicio que sus ciudadanos ya estaban sufragando en buena parte a través del Consell.
Ahora, en su afán de hacerse perdonar, los catorce alcaldes de la Mancomunitat des Pla reclaman “cuatro millones” de euros al Consell. Lo hacen tarde, cuatro años después de haber implantado por su cuenta y riesgo el puerta a puerta, lo hacen sólo después de haberse destapado la corrupción y lo hacen después de haber sangrado a sus ciudadanos con tasas que en 2010 eran de casi 60€ por cada vivienda normal en los catorce pueblos mancomunados. La tasa de tratamiento que se paga a TIRME es aparte, incluye la incineración y los lodos, y la paga todo el mundo. Mientras los sufridos ciudadanos del Pla pagaban unos 150 euros aproximadamente (50 por el servicio puerta a puerta y 100 a TIRME), aquellos ciudadanos con la suerte de tener alcaldes con más sentido común sólo pagaban los 100€ de TIRME. El reciclaje puerta a puerta no es precisamente barato.
El engaño. El reciclaje no es barato, es caro. Esta es la cruda realidad que todos estos alcaldes han ocultado a sus ciudadanos. Por supuesto que es perfectamente legítimo que un ayuntamiento opte por el puerta a puerta pero lo que no puede hacer es adoptarlo escamoteando información veraz a sus ciudadanos. Si estos están dispuestos a pagar más por reciclar, adelante. En cualquier caso, aquellos ciudadanos que quieren hacer su propia recogida selectiva lo han podido hacer siempre separando y depositando el vidrio, el papel y los envases en los contenedores verdes, azules y amarillos. Lo que no es de recibo es que ecologistas y alcaldes engañen a los ciudadanos diciéndoles que si reciclan la factura será más barata. Reciclar es caro, no barato.
El manual del buen ecologista y maltrato al ciudadano. Estos alcaldes irresponsables, falsos, llorones y encubridores de la corrupción, de distinto color y pelaje (son de todos los partidos: PP, PSOE, PSM y UM), no sólo sangran a sus ciudadanos con unas tasas abultadas (que van en aumento, en Petra por ejemplo este año pagarán 20€ más de los casi 60€ que ya pagaban el año pasado) en tiempos de crisis. Estos munícipes no sólo sangrarán a las generaciones futuras cuando tengan que sufragar el capricho ecologista del reciclaje puerta a puerta, sino que además maltratan al ciudadano culpándole de que “recicla mal” y engañándole nuevamente diciéndole que “si paga mucho es por su culpa”. Ahí está la Mancomunitat des Pla que no ha tenido otra ocurrencia para bajar las toneladas de rechazo y aumentar los niveles de reciclaje que amenazar con multas de varios cientos de euros (hasta 3000 euros las más graves) a los ciudadanos que reciclen mal. Incluso la Mancomunitat tiene vigilantes que abren las bolsas de basura e inspeccionan si se recicla bien. Si no es así, le pegan una pegatina “informativa” que dice: “Aquests fems no s’han recollit perquè no s’han tret de forma adequada”. Estos alcaldes que culpabilizan al ciudadano y le denuestan por no ser un buen ecologista son los mismos alcaldes que en 2009 prefieren adjudicar el servicio a la oferta más cara , la de Melchor Mascaró (un millón de euros más). Y ahora dicen, claro, que el sistema es deficitario en 1,1 millones de euros anuales, precisamente lo que han dado de más a Melchor Mascaró.
Financiación irregular. Estos alcaldes falsos, llorones, irresponsables y que dan lecciones de ecologismo dicen ahora, en su infinita impostura, que por fin les salen las cuentas. Las cuentas nunca les han salido y aun así no han vacilado en sangrar y maltratar a sus ciudadanos. Todo lo dicho es poco. Hay fuertes sospechas de que muchos alcaldes –y no sólo los que han implantado el puerta a puerta- se están financiando irregularmente a través de estas tasas de basura. Muchos de ellos no pagan a TIRME ni tampoco a las concesionarias locales y así obtienen la liquidez de la que carecen para pagar a sus proveedores arbitrariamente en base a criterios puramente electorales. Me consta que TIRME ya ha amenazado a bastantes de ellos de que podrían haber incurrido en una prevaricación sistemática al negarse a pagarle facturas pendientes de ¡hasta 2003! mientras utilizan el dinero cobrado de sus ciudadanos para pagar a proveedores afines.
En fin, una joya de alcaldes, como ven.
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