viernes, 30 de julio de 2010

'Freedom for Catalunya'

PROHIBICIÓN DE LAS CORRIDAS / FERNANDO SÁNCHEZ DRAGÓ
El escritor considera que estamos ante el mayor atentado a la inteligencia, a la sensibilidad y a las Bellas Artes

Y CIENTO SETENTA Y SEIS años después resucitó… ¿Quién? La Inquisición, que fue abolida en 1834. ¡Música de réquiem, maestro! En la Generalidad de Cataluña se ha perpetrado un parricidio, pues parricida es quien asesina a su padre o a su madre, y madre y padre de un país es la cultura forjada a lo largo de los siglos por el pueblo que en él habita.

Nada nuevo bajo el sol que calienta la pell de brau. Carlos III prohibió las corridas de toros. Nadie le hizo caso. Carlos IV volvió a prohibirlas tres años antes de huir a Francia con el rabo que no tenía entre las piernas. No sirvió de nada. El pueblo y Goya siguieron en los tendidos. El Marqués de San Carlos, en 1877, propuso en las Cortes lo que ahora han propuesto otros émulos de Torquemada en la Generalidad, pero sus señorías votaron a favor de Lagartijo y Frascuelo. En contra de José Tomás (Dionisos) y Enrique Ponce (Apolo) han votado 68 culturicidas catalanes. ¿Enésimo episodio de la secular Querella de los Castizos y los Ilustrados? En modo alguno, porque ilustrada es la afición al sacramento, arte y paideia de la Tauromaquia, en la que estética y ética corren parejas, y cerril la actitud de quienes, con palabras de Machado, desprecian cuanto ignoran.

¿Exagero si digo que la decisión tomada por esos déspotas es el mayor atentado a la inteligencia, la sensibilidad y las Bellas Artes de cuantos a lo largo de la historia de la barbarie se han sucedido? Pues lo digo, porque libertad -la que ellos pisotean- es decir lo que se piensa. Otra vez han metido en la cárcel a Fray Luis. Otra vez han llevado los libros a la hoguera en la Bebelplatz de Berlín. Otra vez han matado a Federico, que ahora habría prorrumpido en llanto: el que dedicó a Ignacio Sánchez Mejías, mecenas, escritor, torero y héroe.

Otra vez, como Fernando VII, se han cargado la Constitución, porque anticonstitucional es impedir que los catalanes vean algo que cualquier otro español puede ver. Concédase unilateralmente la independencia a esa hermosa región de España que ya no quiere llevar eñe. ¿Por qué, de momento, no expulsan de la liga nacional de fútbol a los equipos catalanes? ¡Eso sí que sería un buen gol metido por la escuadra de los nuevos escuadristas y un balonazo en las partes pudendas de Laporta!

¡Toque de silencio, maestro! Delenda est Cathalonia. Y del noble pueblo catalán, que no se merece este trato, digo lo que dijo del Cid un burgalés: ¡Dios, qué buen vasallo, si tuviera buen señor!

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