viernes, 30 de abril de 2010

De la subvención a la imposición; Cataluña y la degradación del sistema.



El intervencionismo, entre otras consecuencias terribles, crea redes clientelares, compra votos, financia actividades ineficientes, instaura el concepto autoritario de la superior validez de lo público respecto de lo privado limitando la libertad individual
. En Cataluña esas notas y otras muchas se entremezclan para dar lugar a una de las sociedades más corruptas, falaces e indignas que conoce nuestra geografía.

1. En Cataluña se ha producido un desafío a la soberanía popular que reside en el pueblo español. Los dirigentes catalanes han impulsado la quema de banderas y fotografías del Jefe del Estado, los referendums ilegales ( tramposos, pues generan una falsa imagen de oficialidad, y autoriatarios, pues en las pequeñas localidades se produce una fuerte presión sobre aquellos que no participan en ellos), además del maltrato a determinados políticos y ciudadanos catalogados como extranjeros. Se ha aprobado con un 30 % de los votos un texto que crea un Estado paralelo que instituye al intervencionismo, la política lingüística y al imperialismo (TV3 en Valencia y Mallorca, embajadas) como pilares básicos de su acción administrativa. Mediante dicho texto se pretende crear un sistema cultural, profesional e intelectalmente endogámico. 2. La subvención como arma: es la principal herramienta para conseguir el objetivo del gobierno comunista, nacionalista e independentista que ha desafiado a esa soberanía a la que antes he aludido.
Mediante los fondos públicos se crea propaganda institucional (autonómica, local, empresas públicas, asociaciones creadas ad hoc) que incita el odio al resto de españoles, se manipula la cultura creando una cultura oficial de referencia que penetra en las universidades para dominar las corrientes juveniles, se interfiere en los medios de comunicación perpetrando así graves atentados contra la libertad de expresión, incluso se interviene en la economía favoreciendo a determinados sectores en detrimento de otros. 3. La paradoja antisistema: Mediante la subvención se multiplican los movimientos anti sistema que sirven a la casta política catalana para avanzar en esa agresión contra la soberanía española y las instituciones comunes.
Esos grupos, que son utilizados paradójicamente para proteger el sistema, intentan reconstruir viejos postulados comunistas, fascistas o anarquistas y actúan como ejércitos parasitarios. Han sido previamente adiestrados en el dogmatismo antiracionalista, el relativismo moral y el racismo contra lo hispano.
En Cataluña se promueve el apoyo a Palestina, a Cuba (crítica EEUU), a ETA (grupos subvencionados como los Maulets o juventudes de Esquerra Republicana aterrorizan con sus lemas a barrios como el de Sants o Gracia en la ciudad condal) o a Evo Morales cuyo indigenismo repleto de ignorancia concuerda con los postulados oficiales. 4. Falta de legitimación de la casta política: Los políticos catalanes están poco legitimados (eso es especialmente grave en un sistema poco legitimado en sí mismo) debido a la política de pactos que provoca que fuerzas minoritarias dicten sus teorías a la mayoría de ciudadanos y que la alternancia se prácticamente imposible si la oposición no recurre a las mismas armas. Incluso, en un alarde de fascismo, se pactó expresamente la exclusión de una fuerza política del panorama público (Pacto del Tinell contra el Partido Popular).
5. La imposición lingüística: Se impone el catalán (imposición reforzada por el nuevo Estatuto) en el parlamento autonómico, en los colegios, en los medios de comunicación (TV3), en la cultura (cine, debates públicos, bibliotecas), en las universidades (grupos de estudiantes que se encaran de asegurar la normalización propugnada por la Generalitat) y en el ámbito económico (multas lingüísticas, subvenciones según el nivel de catalanismo de la empresa que aspire a ellas, agencias de presión para el etiquetado en catalán). 6. La reinterpretación subvencionada de la historia: Se dedican esfuerzos inconmensurables a negar la existencia de una antigua identidad española, a presentar a Castilla como reino retrógrado frente a Cataluña (el nacionalismo catalán, a diferencia del antiguo nacional-racismo vasco, sólo surge tímidamente cuando en el siglo XVIII se ha perdido la guerra dinástica y económicamente se detecta el pronunciado declive económico castellano), se inventan guerras de secesión cuando son guerras de sucesión, se crean conceptos como la tradición jurídica catalana para diferenciarse del resto de territorios cuando el derecho catalán es derecho tardío romano o visigodo y canónico (derecho común), se crean mitos de la democracia como Macià (fascista redomado) o Companys (de dudosa reputación a juicio de los informes emitidos sobre su figura en la Universidad Autónoma de Barcelona), se ensalza a cobardes (el aristócrata Tarradellas entre ellos) y se ignora a valientes luchadores antifranquistas, se relativizan los crímes del comunismo o se ignoran los orígenes ideológicos del nacionalsocialismo hitleriano, se crea una imagen idílica de la invasión musulmana y una imagen negativa de la colonización de América.
7. Los nuevos peligros: Las autoridades catalanas están sumamente interesadas en la expansión de la ignorancia, la falta de razón (el sueño de la razón produce monstruos) y de crítica (considerada extremismo a eliminar), la instauración de lo emocional como epicentro del debate, el complejo, el odio a la cultura anterior al advenimiento de éste nuevo régimen y la destrucción del legado cristiano (se ha producido adicionalmente una traición de la cúpula eclesiástica en Cataluña habiendo abrazado el nacionalismo), legado común a todas las tierras españolas.
El Islam ha prendido con fuerza en la sociedad catalana siendo presentada por la casta parasitaria como una religión progresista frente al supuesto integrismo católico. Se está intentando socializar a los inmigrantes musulmanes en los postulados catalanistas para que contribuyan a la destrucción del orden de libertades establecido en España.

Éstos y otros análisis definen a Cataluña como un territorio en el que los localismos caciquiles, de dudoso álito democrático (el orígen de Esquerra Republicana no invita a ser optimista al respecto) están imponiendo un sistema endogámico en el que la rapiña económica por parte del poder y el desprecio a la libertad se están convirtiendo en costumbre. El empobrecimiento económico actual de la otrora rica sociedad y la degradación alcanzada requiere un análisis urgente y la movilización de la sociedad civil en Cataluña y del resto de España.

Por: A. Alonso


Vía Clases Medias. 30 de abril de 2010.

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