La Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M ha puesto una querella criminal contra el comisario de los Tedax, Sánchez Manzano, y contra su jefa de laboratorio, por encubrimiento, falso testimonio y omisión del deber de perseguir delitos. La querella está extraordinariamente bien fundamentada y demuestra que la labor de algunos policías en la investigación de los atentados del 11-M no sólo fue negligente, sino seguramente delictiva. El simple hecho de decirlo resulta estremecedor.
En cualquier caso, el soneto que viene a continuación no trata sobre la querella, sino sobre cómo, cuando una asociación de víctimas da el paso al frente para intentar desvelar la verdad de los hechos, ni los partidos políticos, ni el Gobierno, ni la mayor parte de los medios de comunicación nacionales quieren saber nada del asunto, y llegan incluso a poner mal gesto ante las preguntas o las referencias a la investigación de la masacre.
En fin, esto es lo que pienso, o mejor dicho, lo que siento hacia todos los que soslayan, evitan, ignoran, desinforman y mienten sobre los atentados terroristas más terribles de la historia de España.
Desvergonzados, pérfidos, reptiles,
perjuros, traicioneros, desleales,
chupópteros, parásitos, chacales,
cobardes, mentirosos y cerriles.
Sectarios, ignorantes, zascandiles,
sofistas, juntaletras, inmorales,
partícipes, compinches, criminales
e hijos de puta arteros y serviles.
Rojelios, apolíticos, azules,
pelafustanes, zánganos, gandules
y esbirros de zarzuelas y cuarteles.
Pues todos estos tipos, por bemoles,
no informan a los pobres españoles
ni en radios, ni en periódicos, ni en teles.
No hay comentarios:
Publicar un comentario