domingo, 16 de noviembre de 2008

Sin bandera, pero Zapatero ya tiene su deseada foto

La cumbre del G-20 que ayer reunió en Washington a los mandatarios de 23 países y a los responsables de los organismos financieros internacionales fue todo un hito en la búsqueda de algo que se parezca a un gobierno mundial para gestionar la primera gran crisis económica de la era de la globalizaciónSIN BANDERA, PERO CON FUTUROAl margen de las propuestas concretas que Zapatero llevó a la Cumbre, la participación de España en la reunión se salda con un balance positivo para nuestro país desde el punto de vista diplomático. La ausencia de la bandera española en la mesa dejó un mal sabor de boca y fue la consecuencia de haberse colado de rondón, gracias a que Francia cedió uno de los dos puestos a los que tenía derecho, como miembro del G-8 y como presidente de turno de la UE. Zapatero se sentó tras una enseña europea, igual que Francia, mientras que el resto de los países de la UE lo hicieron con sus banderas nacionales.
Sin embargo, esta sombra quedó compensada por el papel que España puede jugar en el futuro como posible miembro de un G-20 ampliado. El presidente brasileño, Lula da Silva, propuso la incorporación a este grupo de España y un país emergente -que no especificó- de cara a la segunda cumbre que, según se acordó ayer, se celebrará el próximo 30 de abril. No cabe duda de que si el G-20 se convierte en G-22 y nuestro país pasa a formar parte de este club, el Gobierno de Zapatero habrá logrado un éxito importante.
La visita a Washington, aunque breve, ha sido la salida internacional más fructífera de su mandato. Zapatero logró in extremis la foto que se le había resistido durante los casi cinco años que lleva en el Gobierno. En el crepúsculo de su Presidencia, Bush le recibió en la puerta de la Casa Blanca, e incluso le llamó «amigo». Una imagen que fue portada en todos los medios y en la que el presidente del Gobierno aparecía visiblemente satisfecho. Sin embargo, no hay felicidad completa, porque según una encuesta del Financial Times, Zapatero es el gobernante europeo cuya gestión de la crisis concita más rechazo entre sus propios ciudadanos.

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