lunes, 24 de noviembre de 2008

Repsol o la chapuza del capitalismo de amiguetes

La probable entrada de Lukoil en Repsol ha sacado al descubierto la endeblez y las miserias de la política económica del Gobierno. Según revela hoy Casimiro García-Abadillo, La Moncloa paró en 2006 la venta de un 10% de la petrolera española a esta misma compañía rusa alegando, con buen criterio, su valor estratégico. ¿Cómo es posible que vender un 10% fuera inaceptable entonces y sólo dos años después el Gobierno dé por buena la venta del 30%? Es más, ¿cómo pueden el Ejecutivo y el PSOE decir por boca de De la Vega y de Pepiño Blanco que, al tratarse Lukoil y Repsol de dos empresas privadas, el Gobierno «no puede intervenir», cuando abortó una operación con los mismos actores en la legislatura pasada?

Antonio Brufau había negociado en 2006 la venta del 10% de Repsol a cambio de garantizarse el suministro de crudo, ya que la empresa pasaría a controlar parte de los pozos de Lukoil. Fue un amigo personal de Zapatero, Javier de Paz, quien comunicó a Brufau que el presidente no apoyaba la operación, extremo que le confirmó la Oficina Económica de La Moncloa, dirigida por el hoy ministro Miguel Sebastián.(...)

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