A nadie se le esconde, a estas alturas, que el periódico de PRISA tiene algo más que un simple interés ideológico en la defensa del negocio multimillonario que rodea a las clínicas que matan a seres humanos en el vientre materno (en 2007, estos negocios de la muerte facturaron 50 millones de euros, más de 8.300 millones de pesetas). Quizás sea éste el verdadero motivo que lleva hoy a El País a perpetrar un acto de manipulación informativa tan grosero y obsceno que provoca vergüenza ajena. Y es que hoy el periódico de PRISA tacha de “ultras” a los que defienden el más primario de los derechos humanos: la vida. ¿Y qué entiende el periódico progre por “ultras”? Pues por ejemplo para El País son “ultras”:
- Quienes se oponen a que Zapatero nos venda como un “derecho” trocear y matar a seres humanos inocentes e indefensos, liquidando para ello el más elemental de los derechos humanos, que es el derecho a vivir. Una medida tan salvaje y que provoca tanto rechazo que Zapatero no se atrevió a ponerla en su programa electoral de 2008.
- Quienes reivindican su libertad de conciencia frente al adoctrinamiento ideológico obligatorio en las escuelas, la polémica “Educación para la Ciudadanía”.
- Los que siguen las enseñanzas de la Iglesia Católica. Por el contrario, El País jamás tacha de “ultras” a los musulmanes, por muy radicales que sean.
- Los grupos conservadores que se oponen a la política de Obama (y a los que se oponen a su reforma sanitaria, en concreto, los tacha de nazis).
- Los que se declaran críticos con ciertos Obispos nacionalistas muy complacientes con la progresía.
- La oposición parlamentaria republicana de EEUU.
Hasta aquí podríamos deducir que El País llama “ultras” a todos los que no aplauden los dogmas progres, seguramente la mayoría de la Humanidad. Pero el diario de PRISA no se detiene ahí, pues también usa esa palabreja para poner en el mismo cesto a los citados grupos junto con estos otros:
- Los terroristas españolistas (sólo esos: los terroristas vasquistas o catalanistas para El País nunca son ultras).
- Los totalitarios neonazis (los totalitarios comunistas, por el contrario, para El País nunca son ultras).
- Los grupos xenófobos (a menos que el país odiado sea EEUU, España o Israel: en ese caso, los xenófobos no son ni ultras ni tan siquiera xenófobos).
- Las manifestaciones racistas (salvo que sean judeófobas).
- Los valencianistas violentos (no confundir con los catalanistas violentos: para El País éstos no son “ultras”).
- Los hinchas violentos y antidemócratas que van a los estadios de fútbol (siempre que no sean hinchas violentos y antidemócratas separatistas y/o de izquierda, claro).
Desde luego, queda claro que El País no hace periodismo, sino una propaganda muy burda. Que intente satanizar a quienes defienden el derecho a vivir poniéndoles la misma etiqueta que a nazis, terroristas, xenófobos, racistas, etc., deja en evidencia lo que entiende El País por ética periodística y demuestra la falta de argumentos racionales y científicos que padece la progresía a la hora de defender sus tesis más extremistas. Por eso, incapaz de convencer a nadie, a El País ya sólo se limita a amedrentar al discrepante, una práctica, por cierto, que sí es digna de recibir el adjetivo de “ultra” que tanto le mola al periódico de PRISA.
1 comentario:
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