El ex president compró una escobilla para el baño por 319 euros pero las hay de hasta 635
Portarrollos Lulú. Primo hermano del famoso escobillero, el portarrollos Lulú cuesta 174 euros. Para la vivienda de la calle San Felio, se gastaron 522 euros en la adquisición de tres portarrollos para el papel higiénico.
M. FERRAGUT. PALMA. Por fin. Hete aquí el escobillero Lulú, el accesorio para baño más famoso de los últimos tiempos. La escobilla ha saltado a la palestra, a las portadas y a los editoriales, al haberla adquirida Jaume Matas para el ´palacete´ de la calle San Felio que está siendo investigado. Lo escandaloso para algunos reside en su precio: 319 euros.
¿Es anormal soltar tres billetes de cien euros para comprar algo que sirve para limpiar el váter? ¿Es inusual? ¿Es ostentoso? Para el dueño de una tienda isleña de referencia en artículos para el baño, la respuesta es "no".
El escobillero de pared Lulú de 319 euros –junto a estas líneas– no es desde luego de los más baratos. Pero tampoco es de los más caros. Existe una variante –imagen más hacia la derecha– que cuesta 349 euros; y que en versión platino, alcanza los 555 euros. Otro escobillero de la misma familia, con dorados, puede superar los 635 euros.
"Como mínimo, un escobillero de diseño cuesta entre 80 y 100 euros; si tienen dorados o platinos, valen el doble", apunta este hombre para el que el escobillero Lulú "no es de lo más ostentoso". Está claro que con semejante precio, se paga una marca alemana de referencia –Dornbracht– y un producto "de diseño y calidad, que dura para toda la vida". Y es que, razona, "si vives en un chalé de lujo junto al mar o en un pisazo en Jaume III, no te compras una escobilla de plástico de veinte euros que te dura tres años".
"No es ostentoso", insiste. Matas pagó 871,16 euros por un váter y un bidet suspendido, una cifra que para este hombre está en la media de lo que cuestan estos conjuntos: "Unos 800 euros, pero pueden llegar a los 1.800", apunta.
Indagando sobre los accesorios para el inodoro comprados para el palacete, vemos que otro escobillero le hace la competencia a Lulú. Hablamos del Inda, una "de las marcas más baratas". Precio: 100 euros. Lulú recupera terreno en San Felio con tres portarrollos para el papel higiénico, a 150 euros cada uno. De la misma marca pero de la familia Tara destaca también el grifo monomando para el bidet, que cuesta 553 euros.
En otras tiendas cercanas y según pudo comprobar este diario se pueden encontrar escobillas de latón de diseño similar por 25 euros. En los locales multiprecio, regentados habitualmente por personas de origen chino, se pueden encontrar escobillas de plástico por menos de dos euros.
En esta tienda, debido a la desfavorable situación económica, ahora se venden menos escobillas Lulú que antes. En Boffi, otro local palmesano dedicado a estos artículos, también tienen la escobilla de marras y aseguran que se venden "mucho". Confirman que no es "ni de las más caras, ni de las más baratas".
Aunque a algunos les deslumbre por su precio, parece que finalmente en el mundo del diseño el escobillero Lulú no es la estrella que más brilla.
¿Es anormal soltar tres billetes de cien euros para comprar algo que sirve para limpiar el váter? ¿Es inusual? ¿Es ostentoso? Para el dueño de una tienda isleña de referencia en artículos para el baño, la respuesta es "no".
El escobillero de pared Lulú de 319 euros –junto a estas líneas– no es desde luego de los más baratos. Pero tampoco es de los más caros. Existe una variante –imagen más hacia la derecha– que cuesta 349 euros; y que en versión platino, alcanza los 555 euros. Otro escobillero de la misma familia, con dorados, puede superar los 635 euros.
"Como mínimo, un escobillero de diseño cuesta entre 80 y 100 euros; si tienen dorados o platinos, valen el doble", apunta este hombre para el que el escobillero Lulú "no es de lo más ostentoso". Está claro que con semejante precio, se paga una marca alemana de referencia –Dornbracht– y un producto "de diseño y calidad, que dura para toda la vida". Y es que, razona, "si vives en un chalé de lujo junto al mar o en un pisazo en Jaume III, no te compras una escobilla de plástico de veinte euros que te dura tres años".
"No es ostentoso", insiste. Matas pagó 871,16 euros por un váter y un bidet suspendido, una cifra que para este hombre está en la media de lo que cuestan estos conjuntos: "Unos 800 euros, pero pueden llegar a los 1.800", apunta.
Indagando sobre los accesorios para el inodoro comprados para el palacete, vemos que otro escobillero le hace la competencia a Lulú. Hablamos del Inda, una "de las marcas más baratas". Precio: 100 euros. Lulú recupera terreno en San Felio con tres portarrollos para el papel higiénico, a 150 euros cada uno. De la misma marca pero de la familia Tara destaca también el grifo monomando para el bidet, que cuesta 553 euros.
En otras tiendas cercanas y según pudo comprobar este diario se pueden encontrar escobillas de latón de diseño similar por 25 euros. En los locales multiprecio, regentados habitualmente por personas de origen chino, se pueden encontrar escobillas de plástico por menos de dos euros.
En esta tienda, debido a la desfavorable situación económica, ahora se venden menos escobillas Lulú que antes. En Boffi, otro local palmesano dedicado a estos artículos, también tienen la escobilla de marras y aseguran que se venden "mucho". Confirman que no es "ni de las más caras, ni de las más baratas".
Aunque a algunos les deslumbre por su precio, parece que finalmente en el mundo del diseño el escobillero Lulú no es la estrella que más brilla.
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