Carne de oposición
Por Eduardo de la Fuente
El Bloc per Mallorca (que integra al PSM, EU – EV, y ERC, ahí es nada) es carne de oposición. No importa que en virtud de pactos con el PSIB-PSOE o por méritos propios liguen algo de poder de vez en cuando. No, ellos siguen creyendo que están en la oposición, que lo suyo es la protesta pancartera y la filiación a cualquier causa que huela a defensa de la lengua catalana, ecología, autogobierno o la que en un momento determinado se les pase por la cabeza. Hace ya tiempo, un conocido empresario mallorquín me dijo indignado: "Si al final Maria Antonia Munar (la ex presidenta de UM y actual presidenta del Parlament) va a tener razón: estos (en referencia al Bloc) sólo sirven para estar en la oposición, no saben gobernar".
Ayer (12/10/2009) algunos quisieron hacer su propia versión de la parada militar para invadir al camino de Ternelles, en Pollença, al norte de la isla de Mallorca. Para sintetizar la explicación del orígen de la invasión, diremos que el camino atraviesa una propiedad privada por lo que la Comisión Insular de Ordenación del Teritorio, Urbanismo y Patrimonio del Consell de Mallorca autoriza el paso de 20 personas al día que deben contar con su correspondiente permiso, norma que no aceptan en el Bloc y en algunas agrupaciones excursionistas y ecologistas. El Bloc encabezó la turba de 500 personas que tomaron al asalto el camino. Allí estuvieron Biel Barceló (secretario general del PSM y portavoz del Bloc en el Parlament) o Gabriel Vicens (consejero de Movilidad y Ordenación del Territorio del Govern), entre otros. Nadie duda de que el asalto se hizo en buena parte para soliviantar al alcalde de Pollença Joan Cerdà que es de UM, el socio-rival-noteaguantoperotenecesito del Bloc y PSIB-PSOE.
¡Qué gran imagen la de políticos que forman parte del Govern de la comunidad comportándose como pancarteros! Lo suyo es la manifa y el megáfono aunque pagados con sueldo público. Ellos como nadie ejemplarizan aquello de que "no se puede estar en misa y repicando". Si forman parte del Govern u otras instituciones y quieren cambiar la normativa para acceder libremente al camino de Ternelles o a otro cualquiera, lo que deben hacer es negociarlo con sus socios. Si no quieren o no pueden, lo que deberían hacer es dejar la silla y pasarse de nuevo a la oposición.
No es el primer caso de políticos en el Govern balear actuando como manifestantes. Aunque claro, en esta comunidad parece que a la gente le gusta estar en todos los fregados, con en el que da y con en el que recibe. Por ejemplo, Joan Carles Palos es el subdirector de Informativos de la televisión pública de las Islas Baleares, IB3, lo que requiere dotes periodísticas y afinidades políticas pues se trata de un cargo de confianza. El señor Palos puede, por supuesto, opinar lo que quiera pero debería cuidarse muy mucho de mezclar las cosas. En su calidad de reputado miembro de la comunidad excursionista mallorquina se permite incitar a la invasión de Ternelles desde su blog en el diario Balears. Pero luego no duda en contarnos las notícias en el informativo del mediodía. Como periodista en activo en un cargo público debería ser más cuidadoso con lo que hace, pues él es la cara que nos cuenta lo que acontece cada día y por tanto, aunque sabemos que en la práctica siempre es imposible, debería parecer, al menos, objetivo.
Pero así es Mallorca. Aquí todo vale. Recuerdo, para concluir, una anécdota que me contó uno de los mejores periodistas que conozco (cuyo nombre no puedo citar para no perjudicarle) sobre un grupo de ecologistas (que tampoco voy a citar para no dar más pistas). Los señores se dedicaron a "vigilar" la costa de Mallorca para elaborar un estudio sobre el impacto de las embarcaciones de recreo en la naturaleza del litoral. Hicieron el estudio en un velero atiborrándose de marisco y vino. El estudio ecológico se convirtió en "Vacaciones en el mar". Sí, así son las cosas por aquí.
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