Los trenes que llegarán a Artà lo harán prácticamente vacíos; lo raro será ver un solo usuario en su interior. El Govern reconoce en su propio estudio de viabilidad el poco tirón que tendrá el proyecto estrella de la Conselleria de Movilidad y Medio Ambiente liderada por el PSM. Incluso desde el Govern tampoco quieren ser muy optimistas y los datos parten de una visión «moderada»: la demanda de usuarios rondará los 450.000 viajes al año. O lo que es lo mismo, se comprarán 51 billetes cada hora. Eso sí, estos usuarios tendrán a su disposición una infraestructura que ha costado 120 millones de euros de las arcas del Govern, del Gobierno central y de la Unión Europea.
Uno de los principales inconvenientes del proyecto es la poca densidad de población de esta parte de la Isla. El Plan de Transportes Ferroviarios señala en la página 77 que la demanda será de un 4% en toda la comarca del Llevant. Aumenta un poco en Manacor donde llega hasta el 8 por ciento. La mayoría de los trayectos serían dentro del Llevant y con dirección a Palma tan solo habrá un 2%.
A la hora de diseñar el trazado el Govern quiso mantener las vías del siglo XIX e intentar ubicar los núcleos urbanos donde se espera más demanda. Sobre la mesa tuvo 11 alternativas con diferentes trazados y municipios. Al final eligió una de las más rentables: llegar hasta Cala Rajada. No obstante, no incluyeron Artà por no ser un núcleo urbano «rentable» debido a su escasa población. A pesar de ello, Serveis Ferroviaris de Mallorca (SFM) decidió llevar el tren hasta el pueblo para luego continuar el trazado hacia las zonas turísticas.
Cabe señalar que en las cábalas que realiza Movilidad siempre trata de aplicar una tarifa y una demanda «óptimas». Es decir, que intenta dar un enfoque optimista al proyecto que lo dote de una razón de ser. Desde la propia Conselleria se ha apuntado en repetidas ocasiones que prácticamente pocos transportes públicos son rentables. Toni Verger, director general del Govern, recordó en este periódico que el metro hacia la UIB no se podía poner en marcha porque tan solo «tendría un millón y medio de usuarios». Todo ello sin comparar las perspectivas de usuarios del tren sostenible a Artà.
El Mundo
Uno de los principales inconvenientes del proyecto es la poca densidad de población de esta parte de la Isla. El Plan de Transportes Ferroviarios señala en la página 77 que la demanda será de un 4% en toda la comarca del Llevant. Aumenta un poco en Manacor donde llega hasta el 8 por ciento. La mayoría de los trayectos serían dentro del Llevant y con dirección a Palma tan solo habrá un 2%.
A la hora de diseñar el trazado el Govern quiso mantener las vías del siglo XIX e intentar ubicar los núcleos urbanos donde se espera más demanda. Sobre la mesa tuvo 11 alternativas con diferentes trazados y municipios. Al final eligió una de las más rentables: llegar hasta Cala Rajada. No obstante, no incluyeron Artà por no ser un núcleo urbano «rentable» debido a su escasa población. A pesar de ello, Serveis Ferroviaris de Mallorca (SFM) decidió llevar el tren hasta el pueblo para luego continuar el trazado hacia las zonas turísticas.
Fuerte déficit
Asimismo, la viabilidad del tren se pone en duda en numerosos apartados del estudio de costes que hace SFM. Concretamente en las páginas 41 y 42 de la memoria es donde más pesimistas son los técnicos. Intentan analizar la posibilidad de cubrir los costes de explotación del funcionamiento del tren y después de darle muchas vueltas no les queda otra que ser bastantes negativos. «Los resultados muestran una necesidad de subvencionar el servicio de transporte propuesto», aclaran sobre el trayecto elegido por SFM y el Govern. La razón es que se espera un fuerte déficit cuando comience a funcionar por lo que no se cubrirán todos los gastos.Cabe señalar que en las cábalas que realiza Movilidad siempre trata de aplicar una tarifa y una demanda «óptimas». Es decir, que intenta dar un enfoque optimista al proyecto que lo dote de una razón de ser. Desde la propia Conselleria se ha apuntado en repetidas ocasiones que prácticamente pocos transportes públicos son rentables. Toni Verger, director general del Govern, recordó en este periódico que el metro hacia la UIB no se podía poner en marcha porque tan solo «tendría un millón y medio de usuarios». Todo ello sin comparar las perspectivas de usuarios del tren sostenible a Artà.
El Mundo
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