sábado, 3 de octubre de 2009

¿Es el principio del fin?

¿Es el principio del fin?
Antonio Alemany

De alguna manera, se veía venir, en primer lugar por la lógica de las afinidades políticas entre una UM de derechas y un Pacto de Progreso que si fuera sólo izquierda del PSOE sería soportable, cosa que no ocurre con neocomunistas y pesemeros de varias advocaciones. Pero, lo que se veía venir no es sólo por eso, sino por algo más complejo que, el día menos pensado, ocurrirá en el ayuntamiento de Palma.

La deslealtad de Armengol

Vayamos por partes. En el Consell de Mallorca reina una presidenta del espécimen colérico-flamígero como Armengol que, difícilmente, por talante y furia mal contenida, puede permitir tener en su equipo de gobierno a las moscas cojoneras de UM que, para más ludibrio, “contaminan” todo lo que tocan. Si a ello le añadimos una deslealtad muy femenina- y que me perdonen las feministas por este renuncio machista- la sibilina puñalada por la espalda acaba por clavarse más tarde o más temprano. En efecto, a Damián Nicolau quien le ha “imputado” ha sido, en realidad, el Consell de Mallorca con los informes remitidos al juez o a la fiscalía. No debe, pues, sorprender la irritación de los afectados de UM por esta suprema deslealtad.

La dimisión de todos los consellers de UM habrá que ver qué consecuencias tiene. Sólo tiene un sentido, la moción de censura, ya que sería puro masoquismo que toda esta escenificación sólo sirviera para paralizar a un equipo socialo-comunista que gobernaría en minoría y que, a las primeras de cambio, se vería obligado a plantear la cuestión de confianza.

¿Qué hará el PP?

El Consell de Mallorca no es, tras la reforma estatutaria, ninguna tontería, ya que tiene importantes competencias e importantes recursos económicos para ejercerlas. Las salidas- la “salida”, en singular, para ser exacto- no son fáciles: aliarse con el PP y expulsar al pacto de progreso del Consell de Mallorca. Casi de forma automática, la censura se produciría en el ayuntamiento de Palma y, previsiblemente, en los ayuntamientos de los pueblos donde UM ejerce una función arbitral. Por otro lado, la alcaldesa de Palma y su desastrosa gestión está provocando extraños compañeros de cama y coincidencias igualmente extrañas. Por ejemplo, este periódico, libertadbalear.com y El Mundo coinciden con el Grupo Serra en sus críticas a Calvo, aunque, obviamente, las razones son muy diferentes y, sobre todo, de distinta naturaleza político-moral. Hasta el Grupo Barceló parece haber firmado la paz con los feroces Serra: algo tendrá que ver el contencioso del palacio de Congresos. Es decir, que esta “pinza” puede provocar en Palma- de forma rápida, además- un escenario similar al del Consell de Mallorca.

El problema va a ser el PP, cuya única contribución a la expulsión del Pacto de Progreso de las instituciones puede ser el gobierno en minoría en las instituciones con el apoyo pactado de UM. Una coalición PP-UM es, aquí y ahora, impensable, O debería serlo, ya que un pacto de esta naturaleza, con un partido que contamina y que ha hecho de la corrupción una de las bellas artes más rentables para sus bolsillo según todos los indicios, sería un desastre para el PP, una auténtica puntilla a un posible y nada claro proceso regenerador. Los posicionamientos del PP Mallorca- Jaume Font, Antoni Pastor, Pere Rotger y ¿José Ramón Bauzá?- ofreciéndose a gobernar con UM son, sencillamente, una desvergüenza que nos muestra la catadura moral de los que gobiernan este partido y hasta qué punto subordinan decencias, principios, valores a la ocupación física del poder

Munar, siempre Munar

Una de las consecuencias más previsibles de lo que está pasando en el Consell de Mallorca y en el ayuntamiento de Palma es que los afectados de UM perciban- y si no lo perciben es que son imbéciles- que el “pacto por la inmunidad” sólo rige para Munar y que, al resto, que los zurzan, los imputen y los condenen. Si todo este rifirrafe no se traslada al Govern, con expulsión de Antich y del resto del Pacto, significará, en efecto, que el “pacto por la inmunidad” es unipersonal y exclusivo de Munar. Veremos, entonces, que es lo que pasa. Porque, lo que puede pasar, es el “principio del fin” de muchas cosas: el fin de un Pacto de Progreso que ha obtenido el poder de forma contra natura y que está en las instituciones como un auténtico “okupa”, el fin de la inmunidad de Munar y el fin de este desastre que es el gobierno de un multipartito sin ideas, inepto e inapto para la función de gobierno,

Puede no pasar nada, pero puede pasar de todo. Si ocurriera, estaríamos divertidos.

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