martes, 9 de febrero de 2010

Mallorca, la Alcatraz del Mediterráneo


Por Eduardo de la Fuente

Las ínsulas han sido a lo largo de la historia utilizadas como cárceles, centros de internamiento o penitenciarías de la más variada índole por razones más que obvias. A ningún lado irá nadando un fugitivo más que a la tripa de los peces. Ejemplos, los hay y muchos. Recuerden la famosa penitenciaría de Alcatraz en la bahía de San Francisco. O la Santa Elena en la que Napoleón vivió desterrado sus últimos días, la misma en la que prisioneros y jefes zulúes de la guerra Anglo-Bóer también fueron recluidos. Hasta Manhattan fue prisión sin ley ni orden en la en su momento futurista 1997, Rescate en Nueva York (John Carpenter, 1981), película en la que Kurt Rusell, metido en la piel del hosco mercenario tuerto Snake Plissken, rescataba al mismísimo presidente de los Estados Unidos de las garras de una jauría de presos incontrolados. La historia de España ha conocido islas prisión. La antigua Fernando Poo, hoy Bioko, fue un inmenso campo en el que las escasas, en número y disciplina, autoridades españolas internaron a los soldados alemanes expulsados de Camerún por las tropas inglesas en la Primera Guerra Mundial. Deberíamos remontarnos al siglo XIX para encontrar un ejemplo más cercano en lo geográfico. Hablamos de Cabrera, en las Baleares, la isla a la que fueron a parar, cifra que varía según las fuentes, unos 9.000 soldados franceses apresados en la Batalla de Bailén. Las crónicas hablan del hacinamiento y la horrible hambruna de unos hombres abandonados a su suerte y entre los que se dieron casos de canibalismo por pura supervivencia.

Hoy, la historia podría repetirse, también en las Islas Baleares. Mallorca se está convirtiendo en una isla prisión. En las últimas horas, entre ayer y hoy (3-4/02/2010), se han producido trece detenciones fruto de una nueva acción judicial contra la corrupción política, mal endémico de la Comunidad Autónoma Balear como la malaria en los trópicos o la sífilis en los burdeles de mala muerte. La bautizada como Operación Voltor (voltor es como se llama en Mallorca al buitre negro, ave carroñera pero noble a diferencia de sus tocayos políticos) ha vuelto una vez más a golpear al partido de siempre... ¿Se lo imaginan? En efecto, Unió Mallorquina y su entorno. La diferencia respecto a las múltiples causas abiertas con imputados de UM es que en esta ocasión la trama presuntamente orquestada en el INESTUR (que luego les explico lo que es) salpica de lleno al Gobierno Autonómico, el imposible hexapartito que intenta presidir el socialista Francesc Antich, hombre al que sus socios de desgobierno van a conseguir matar a disgustos. (Lean aquí la noticia en la edición digital de El Mundo).

Ante el hundimiento de UM, un partido al que cada vez le quedan menos miembros liberados, o sea, sin imputar en casos de corrupción, Antich vuelve a encontrarse una vez más al borde del acantilado. Abajo el mar anda revuelto, el oleaje se estrella furioso contra las rocas, mientras las gaviotas del PP, que aún con sus problemas poco a poco parecen salir adelante, planean entre las rachas de viento, las mismas que van y vienen amenazando con despeñar al pobre presidente. El ruido de sables de sus socios del Bloc (PSM, Izquierda Unida, Verdes y otras hierbas) es un creciente runrún que repite: “elecciones anticipadas, elecciones anticipadas...”. A Antich sólo le quedan dos opciones, y las dos le pueden salir mal.



Si opta por convocar elecciones anticipadas tal vez no las tenga todas consigo. Los últimos sondeos indican que el PSIB-PSOE mantendría e incluso podría aumentar sus votos en detrimento de las fuerzas del nacionalismo de izquierdas. Es más que probable que Unió Mallorquina no alcanzara los votos necesarios para obtener representación parlamentaria. Y el PP, que despierta del letargo aún con un congreso pendiente que se celebrará el 6 de marzo para elegir un líder, está en condiciones de darle un susto. La otra posibilidad es la de arriesgarse a gobernar en minoría prescindiendo de Unió Mallorquina y conservando el apoyo, bueno, lo de apoyo es un decir, del nacionalismo de izquierdas. Pero no es tan sencillo. En realidad, el que debería gobernar en minoría sería el PP, no el PSIB-PSOE. Los populares podrían plantarle al Sr. Antich una moción de censura que prosperaría tan sólo con la abstención de UM, o lo que quedara de ella... Al presidente le queda una tercera opción, si es que así puede ser calificad, la de siempre: acachar la cabeza y seguir adelante como si nada. Y mientras Antich pierde el sueño, porque pesadillas le sobran, el talego está a rebosar de militantes, políticos y cargos de confianza. En Mallorca, si no te imputan no eres nadie.

Para finalizar, tengo pendientes explicarles lo que es el INESTUR. La verdad, no lo sé. En unas islas en la que la principal fuente de ingresos viene generada por el sector del Turismo, la administración (y esto no es culpa de Antich, viene de lejos) ha creado una miríada de departamentos, institutos, empresas públicas y demás mandangas que se dedican oficialmente a la cosa de los guiris. Tenemos el IBATUR (Instituto Balear de Turismo), el INESTUR (Instituto de Estrategia Turística), el IMET (Instituto del Entorno Turístico)... Hasta el Consell de Mallorca, que no tiene competencias en la materia, tiene su propia Consellería de Turismo. No se pueden imaginar el ambientazo que hay en las ferias turísticas de Londres o Madrid cuando acude todo el ganado institucional. Eso son ferias. Aunque para feria, circo o, mejor aún, prisión, ya tenemos la isla de Mallorca, la Alcatraz del Mediterráneo.

PD: ¿Entienden ahora por qué se dice que Mallorca es como Sicilia pero sin muertos?

Vía El faro balear

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