El autor reprocha al ministro de Exteriores su visita a Hugo Chávez y sobre todo su actitud ante el caudillo venezolano.
LUIS MARÍA ANSON DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA
MIGUEL ÁNGEL MORATINOS: El caudillo bufón introduce el comunismo en Venezuela
Querido ministro…
Hugo Chávez está introduciendo el comunismo, gota a gota, en Venezuela, como ha explicado de forma muy lúcida y convincente Mario Vargas Llosa. El caudillo venezolano comulga punto por punto con el totalitarismo castrista y su devoción por Fidel Castro, que se le aparece de vez en cuando en carne mortal y áurea, puede instalarse en los altares del fervor religioso.
Hugo Chávez pisotea todos los días los derechos humanos en Venezuela, persigue y silencia a la oposición, golpea a los medios de comunicación independientes, se está adueñando de todo y ha alterado la Constitución para perpetuarse en el poder.
Hugo Chávez prepara una nueva ley mordaza que encarcelará durante cuatro años a los periodistas independientes que atenten contra la moral pública, la paz social, la salud mental, la tranquilidad general, la estabilidad de las instituciones o los intereses del Estado. El propio caudillo o sus cómplices decidirán en qué consisten la moral pública, la paz social, la salud mental, la tranquilidad general, la estabilidad de las instituciones o los intereses del Estado. Como en tiempos de Franco, para entendernos.
Hugo Chávez ha colaborado y sigue haciéndolo con la guerrilla terrorista FARC, según documentación incontrovertible en manos del Gobierno de Colombia.
Hugo Chávez ha convertido Venezuela en santuario de Eta. Concedió una indemnización de 325.000 euros a los etarras Sebastián Echániz y Juan Víctor Gakuza por haber sido entregados a España en 2002, "cuando residían legalmente en el país suramericano". Lorenzo Ayestarán, Ángel Aldana, Jesús Urteaga y Eugenio Barrutiablengoa, que suman cuarenta asesinatos, no sólo viven protegidos por Chávez sino que gestionaron la nacionalidad venezolana con beneplácito del caudillo bufón. Otro etarra, Arturo Cubillas, integrante del comando Oker y reclamado por tres asesinatos, trabajaba como director adscrito a la Oficina de Administración y Servicios del Ministerio de Agricultura de Venezuela. Su esposa colaboraba directamente con Chávez como directora general en el despacho de la Presidencia de la República.
Hugo Chávez, siguiendo los dictados del tirano de Cuba, Fidel Castro, está exportando el castrismo a su entorno iberoamericano. Evo de Bolivia, Correa de Ecuador y Ortega de Nicaragua son sus acólitos satélites. Ahora, al mejor estilo soviético, está intentando organizar una guerrilla en la montaña hondureña en torno al presidente Zelaya, que fue depuesto por un inadmisible golpe de Estado.
Hugo Chávez, en fin, se dedica semanalmente a insultar a los jefes de Estado de las naciones democráticas, descendiendo hasta los albañales de la expresión soez. Le voy a enviar por cierto El gran libro de los insultos de Pancracio Celdrán para que no se le termine el repertorio, que lo tiene ya muy agotado.
Dicho todo esto, querido ministro, la diplomacia española debe preservar los intereses políticos, culturales y económicos de España en Venezuela, vapuleados por el caudillo bufón. Se podía haber bajado, eso sí, el nivel de la negociación porque, en opinión de muchos, sobraba tu viaje a Venezuela y todavía más las genuflexiones y los inciensos desmesurados que has derramado en honor de un hombre que, a ojos vistas, se propone implantar en Venezuela una dictadura totalitaria al siniestro estilo de Fidel Castro
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