sábado, 21 de febrero de 2009

El holocausto judio dibujado por niños que lo vivieron


Terezin fue 'el hogar' de 150.000 judíos y más de 15.000 niños y preadolescentes con destino a Auschwitz. Friedl Dicker Brandeis dedicó el tiempo que pasó allí a enseñar clandestinamente arte y pintura como terapia evasiva a muchos de esos niños. Antes de marchar al patíbulo, Friedl rescató 4.500 de esos dibujos, que más tarde sirvieron como prueba en Nuremberg y que son testimonio indeleble de aquella barbarie.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Guardaron en sus tiernas retinas tanto horror...

Besos.