Se dispara con pólvora del rey. Pagan los españolitos medios, acosados por impuestos directos e indirectos casi confiscatorios. Los políticos viven en el fasto y el despilfarro. Gastan sin tino en nuevos edificios fastuosos, en asesores tan numerosos como las estrellas del cielo, en viajes gratis total, en banquetes clamorosos, en lujosas publicaciones, en automóviles incontables con chóferes multiplicados, en una caravana interminable de secretarias, auxiliares, bedeles, escoltas, servidores del más vario género. En cada Autonomía hay ya un presidente con protocolo de jefe de Estado y gastos incontables de representación, publicidad y parafernalia.
Zapatero proclamó a los cuatro vientos política de austeridad. Pero las cifras son tozudas. Ha incrementado ya en un 45% el personal de los ministerios. Para la nueva legislatura, los altos cargos crecen, de entrada, en un 15%. Nadie ha sabido contabilizar la cifra real de sus asesores personales. “Zapatero, colócanos a todos”. Y el presidente de las mercedes, a costa de los impuestos que pagan los ciudadanos, reparte sus favores, contrata a sus amiguetes, multiplica a los funcionarios, se entrega al dispendio y gasta, gasta, gasta sin freno y sin tino.
Aznar redujo en un 19% el número de altos cargos con relación al último Gobierno socialista. Zapatero ha hecho todo lo contrario y está ya metido en la espiral del despilfarro. Como pagan otros, todo vale. La suntuosidad preside la vida política nacional. Casi todos los políticos, en la Administración, viven a cuerpo de rey. Hay un Ministerio más que en la anterior legislatura, 7 Secretarías de Estado más, 19 Direcciones Generales más, 13 asesores de ministros más, 28 asesores de Secretarios de Estado más. Es el dispendio ni siquiera planificado. Zapatero gasta lo que le viene en gana, según la ocurrencia que tenga, Solbes traga y la sociedad civil que pague.
de la Real Academia Española
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