ZAPATERO vivió ayer en Togo un momento de gran satisfacción en su gira por África Occidental. La Asamblea de la República aprobó la abolición de la pena de muerte, en una sesión a la que asistió el presidente español. Su presencia estaba más que justificada, puesto que ha sido su empeño, secundado por un buen trabajo diplomático, el que ha logrado que Togo elimine la pena capital. Zapatero defendió el año pasado en la ONU una moratoria universal de la pena de muerte en 2015, como paso previo a su desaparición, y ya ha logrado sumar a varias naciones a su iniciativa. No cabe duda de que un dirigente debe dedicar parte de su esfuerzo a dejar un mundo mejor a las generaciones futuras, y nuestra civilización mejorará el día en que ningún Estado crea que tiene derecho a dar muerte a nadie.
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