BERLÍN (ALEMANIA).- Toda ciudad tiene un doble fondo que, como los armarios de los magos, esconden lo real de lo visible y convierten la realidad en una mera ilusión óptica. Berlín, capital de Alemania, 3.400.000 habitantes, tiene su armario de moda cool, pseudoartistas de pose y collage, escena techno salvaje y absoluta relajación vital. Y tiene también su doble fondo que esconde de las guías turísticas una realidad: los neonazis de Berlín.
Obviamente, esto no es una sorpresa per se: múltiples ciudades europeas albergan estos movimientos, normalmente amparados en el anonimato del fondo sur de un estadio de fútbol o como los tipos que trabajan en la seguridad de actos políticos de los partidos conservadores. Sin embargo, pocas ciudades europeas pueden competir con la fortaleza invisible de la escena neonazi berlinesa, la cual resulta especialmente chocante si pensamos que existe en un país como Alemania, donde todo crío en edad escolar aprende bien pronto qué fue el fascismo y donde cualquier bachiller es capaz de desmontar con argumentos indiscutibles a cualquier negacionista del Holocausto, tenga sotana o no. (Leer más...)
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