miércoles, 6 de octubre de 2010

Alfonso Guerra no se identifica con el partido de Zapatero

La división soterrada que existe en el PSOE ha ido saliendo a la luz con más claridad estos días. Con ocasión de las primarias en Madrid, veteranos socialistas han mostrado su apoyo a Tomás Gómez, enfrentándose a Zapatero y su apuesta en estas elecciones internas, Trinidad Jiménez. Es el caso de Gregorio Peces-Barba, Juan Barranco, Joaquín Almunia, José Barrionuevo, Virgilio Zapatero, Nicolás Redondo, y del ex asesor personal del presidente, José Andrés Torres Mora. Todos ellos han dado la espalda al aparato del partido de manera pública.
Otros socialistas están siendo más cautos y no han querido dar a conocer sus discrepancias con la dirección del partido. Tal y como desveló El Confidencial Digital, un importante número de diputados socialistas (se calcula que al menos un tercio, entre ellos los más vinculados a UGT) reconocen que llevan un año votando “con la nariz tapada”, en contra de sus convicciones políticas –ver noticia-.
Los dos últimos sapos que han tenido que tragar son la reforma laboral y el apoyo del PNV a los presupuestos del Estado. Además, hay que recordar que alrededor de cincuenta parlamentarios socialistas acudieron a la manifestación convocada por los sindicatos con motivo de la huelga general, ‘desobedeciendo’ así la orden del partido –vea aquí la información-.
A estas voces discordantes en el seno del PSOE, se suma ahora la de un veterano muy cualificado, un ‘peso pesado’ del socialismo, hombre fuerte en la época de Felipe González, que fue capaz de liderar una corriente hace ya treinta años y que aún a día de hoy sigue teniendo fieles adeptos.
Se trata de Alfonso Guerra. En los últimos días ha criticado con dureza la actual deriva de su formación. Lo ha hecho en privado, a gente de su confianza, nunca en las reuniones del grupo parlamentario. Personas vinculadas al diputado sevillano consultadas por ECD relatan cuáles son sus principales reivindicaciones:
-- El Gobierno no está acometiendo correctamente la reforma laboral. El PSOE nunca debería recortar los derechos de los trabajadores. Y, mucho menos, las pensiones.
-- “¿Somos un partido de izquierdas o no?”. Guerra lamenta que éste no es el PSOE que él llevó al Gobierno. “Éste no es mi partido”.
-- Lo demuestra, desde su punto de vista, la última huelga general y las deterioradas relaciones con la UGT.
-- De hecho, fue Alfonso Guerra quien tuvo que acudir a Rodiezmo este años, el primero en que Zapatero faltó a la cita de apertura del año político. Las malas relaciones con los sindicatos, según Guerra, se lo impidieron.
-- Incluso hay quien dice que a Alfonso Guerra le ha oído parafrasear sus famosas palabras: “A este partido no le conoce ni la madre que lo parió”.
-- Otra crítica de Guerra se refiere a la situación autonómica. Sus descalificaciones se centran en el ‘Estatut’ y la sentencia del Tribunal Constitucional. El ex vicepresidente, partidario de un Estado centralista, no entiende lo que ha hecho Zapatero con Cataluña.
-- Tomás Gómez y Trinidad Jiménez. Respecto a las primarias en Madrid, aunque Alfonso Guerra no se ha dejado ver junto a ningún candidato, quienes le conocen aseguran que él era partidario de Gómez. De hecho, destacados socialistas, como Matilde Fernández o Joaquín Leguina, han respaldado públicamente al ex alcalde de Parla.
Fuentes socialistas apuntan que Guerra tiene hoy libertad absoluta en el PSOE, hace lo que le parece, pero reconocen no va a cometer nunca ninguna imprudencia en el sentido de dar a conocer públicamente sus críticas.

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