martes, 15 de marzo de 2011

¿Cómo te sientes, activista?

SALVADOR SOSTRES

España fue uno de los países que más manifestantes aportó contra la Guerra de Irak, aquella carne amontonada gritándoles «asesinos» a Bush, Blair y Aznar.
No sé cómo se sentirán todos ellos ahora que una vez más, como tantas otras veces en la Historia, una intervención militar americana sería fundamental, en este caso concreto para detener la masacre de Gadafi contra su pueblo. No sé cómo se sentirán pancartistas y gritones ahora que, por culpa de aquellas manifestaciones, los Estados Unidos ya no quieren intervenir en ninguna parte sin una resolución de la ONU, un organismo en que países criminales como China tienen derecho a veto.
¿Cómo te sientes, activista? ¿Tienes por fin algún sentimiento de culpa o de responsabilidad? ¿O todavía te queda alguna lección que darnos?
Suerte que la funesta incidencia del manifestante antiamericano se produjo después de la Segunda Guerra Mundial y del fin de la guerra de Bosnia, porque si no hoy Europa sería el kindergarden de Hitler y los bosnios estarían sepultados en el museo de la atrocidad de Milosevic; todo gracias a los que tienen el morro y la sinvergonzonería de decir que actúan en nombre de los derechos humanos y de la paz. En Irak había un dictador que masacraba a su pueblo, exactamente con la misma crueldad que Gadafi usa para masacrar a sus rebeldes. ¿A Sadam había que mantenerle y a Gadafi hay que echarle? El antiamericanismo es una superstición, una paranoia, una enfermedad.
Los que ahora reclaman una urgente intervención americana en Libia, contundente y unilateral, fueron los mismos que lincharon a Bush, Blair y Aznar y les acusaron de librar una guerra ilegal por no contar con el respaldo de Naciones Unidas. Aznar hizo lo correcto, del mismo modo que Zapatero haría bien en apoyar hoy una intervención de Obama. Ese Obama, por cierto, al que tanto aplaudió la socialdemocracia española cuando llegó al poder, y que tenía que significar el fin de la tan supuestamente terrible era Bush.
Y no sólo no se ha retirado de Irak ni de Afganistán, sino que ha recuperado los juicios militares en Guantánamo, que naturalmente sigue abierta, incumpliendo de este modo una de sus principales promesas electorales. ¿Le van a retirar el Premio Nobel? ¿O tal como en su momento se lo dieron a Arafat, se lo van a dar ahora a Gadafi?
Pese a la histeria de la masa, siempre y en todo equivocada, Aznar fue el mejor presidente que ha tenido España y el único que ideó una política internacional más allá de ser la chacha de franceses y alemanes; y Bush fue también un presidente excelente, acaso el mejor después de Ronald Reagan: Obama no ha tenido más remedio que hacer seguidismo de sus brillantes políticas, y lo que intentó cambiar ha tenido que recuperarlo.
La próxima vez, antes de salir a hacer el mono con pancartas y acampadas, que la turba piense un poco en el daño que pueden causar sus irresponsabilidades. Que piensen en los cientos de libios abatidos y en si quieren un mundo con intervenciones norteamericanas urgentes y unilaterales o sin ellas. Que piensen en Hitler, en Ruanda, en Bosnia, en Sadam; y que dejen de avergonzarnos, de perjudicarnos, de fomentar la barbarie, la destrucción y el caos.

2 comentarios:

Alvaro dijo...

Mi más sincero desprecio por las palabras, los comentarios y pseudoideas de este personajillo oportunista de tres al cuarto.

noticias dijo...

guaaa!! me encanta el blog, siempre encuentro temas muy interesantes.